Desde los siete años quería ser sacerdote

Desde los siete años quería ser sacerdote

Hace 22 años, un niño de tan solo siente años vislumbraba algo muy importante en su vida, ser sacerdote, y se concretó el pasado 21 de diciembre en la Catedral Metropolitana.

Su ordenación se constituye en un testimonio vivo de la fe de un pequeño que deseaba dedicar su vida a Dios, y aunque su madre sabía que era muy prematuro supo acompañarle por todos estos años.

“A los siete años me dijo que quería ser sacerdote, y aunque era muy pequeño, yo en silencio prudente, le dije que lo apoyaba”, dijo emocionada su mamá, Milixa Magallón de Bonilla.

Euclides Rivera Magallón, en efecto fue ordenado sacerdote de manos de Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, en solemne ceremonia celebrada en la Catedral Basílica Santa María la Antigua.

El Arzobispo recordó a los presentes que desde el bautismo quedamos incorporados a Jesucristo, sumo y eterno sacerdote, y nos hemos hecho partícipes de su sacerdocio de su condición de profeta, de su dignidad real y de su misión de pastor.

Dijo además que en virtud del sacerdocio común, todos estamos llamados a ser santos y a sanar y santificar a nuestros hermanos.

Animó a Euclides a vivir el sacerdocio con ilusión, entusiasmo y alegría porque esas son las actitudes que le ayudarán a mantener siempre viva y alegre la llama que debe calentar su ministerio.

“Sé siempre un apasionado, un apasionado por Dios y por el pueblo que se te confía”, le dijo el Arzobispo al nuevo sacerdote.

Y como sabío consejo le advirtió: “no necesitamos sacerdotes acomodados en un ministerio”.

Y agregó: “necesitamos hombres con corazón misericordioso, capaces de llorar y reír con la gente; pastores atentos a las necesidades de los demás, que no miren a otro lado y huyan, sino que se encarnen y pongan la voz, la mano y el corazón de Dios en el rostro y en la vida de sus hermanos”.