“El milagro más importante de Fátima no es propiamente la danza del sol, sino la conversión del corazón”, Monseñor José Domingo Ulloa

“El milagro más importante de Fátima no es propiamente la danza del sol, sino la conversión del corazón”, Monseñor José Domingo Ulloa

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“Hoy es 13 de mayo, hacemos memoria agradecida de la Virgen de Fátima”, así inició el Arzobispo de Panamá la Eucaristía, y con esperanza dijo que en medio de la pandemia es un tiempo de retos, pero y al mismo tiempo motivador.

De algún modo, lo que nos pasa puede simbolizarse, recreando la escena del Evangelio que acabamos de leer, señaló Monseñor Ulloa. “De repente nos hubiéramos quedado sin vino para celebrar el banquete de la vida, pero hoy como ayer, está ahí, atenta madre e intercesora”, reafirmó.

Como católicos sabemos que Dios nos ha regalado a su propia madre como nuestra, y el Arzobispo en su homilía lo confirmó, que a través de María experimentamos el amor misericordioso de Dios hace posible lo imposible. 

“Estamos muy necesitados del vino de la fe, del vino del amor de Dios, del vino de la misericordia, del vino nuevo, el de mayor calidad, para celebrar mejor el banquete de la vida, sobre todo cuando se torna complicado”, indicó.

Convocó a la feligresía a ir sin vacilar y confiados hacia el Corazón de la Madre que siempre escucha e intercede ante su Hijo por nuestras necesidades, y las de toda la humanidad, y agregó solo tenemos que hacer lo que Él nos diga. 

De manera catequética aclaró que el mensaje de Fátima es, en su núcleo fundamental, una llamada a la conversión y a la penitencia, como en el Evangelio que dice explícitamente: “arrepentíos y haced penitencia”.

Y recordó que penitencia es tratar siempre con la máxima caridad a los otros, por lo tanto, es atender con la mayor delicadeza a los que sufren, a los enfermos, a los que padecen, es también interrumpir o modificar nuestros programas, cuando las circunstancias -los intereses buenos y justos de los demás, sobre todo- así lo requieran. 

“Queridos hermanos y hermanas, acojamos su invitación y permanezcamos fieles a nuestra vocación cristiana, ofreciendo cada día oraciones, especialmente el santo rosario, y nuestros sufrimientos, para la reparación de los pecados y la paz en el mundo”, aconsejó. 

Monseñor Ulloa pidió al camarógrafo un acercamiento a la imagen de María para que viéramos la mirada tierna de la Virgen, que con misericordia y con amor siempre nos anima a sentir su mirada amable.

Aseguró que la Virgen de Fátima, un 13 de mayo, se apareció para confirmar la esperanza firme de paz. “Por eso debemos convertirnos, cambiar de actitud y revestirnos con las armas de la luz, como el rearme moral y espiritual de la conciencia de vivir la paz de Dios, la paz del corazón, la paz con los demás”, agregó.

Subrayó a los televidentes y radioescuchas que “el milagro más importante de Fátima no es propiamente la danza del sol, sino la conversión del corazón y de vida de tanta gente que sucede aquí sin que se vea, y que también podemos llamar la ‘danza de conversión’, al ritmo de la música de Dios que resuena en el Magníficat de la Virgen y llena de alegría”. 

Para finalizar recordó que la iglesia panameña tiene el honor de tener una réplica de la imagen de la Virgen de Fátima, y cuenta con la aprobación de construir una réplica de la capilla de las apariciones. 

A continuación, el texto completo de la Homilía de Monseñor Ulloa desde la capilla del Seminario Mayor San José.

Homilía Nuestra Señora de Fátima

Mons. José Domingo Ulloa Mendieta osa

13 de mayo 

Hermanos y hermanas:

 Hoy es 13 de mayo, hacemos memoria agradecida de la Virgen de Fátima, especialmente en este tiempo de retos, pero y al mismo tiempo motivadores, que tienen que sacar lo mejor de nosotros mismos. Tiempos desprovistos precisamente de misericordia y de alegría verdadera. De algún modo, lo que nos pasa puede simbolizarse, recreando la escena del Evangelio que acabamos de leer, como si de repente nos hubiéramos quedado sin vino para celebrar el banquete de la vida. Gracias a Dios, la Virgen María, hoy como ayer, está ahí, atenta madre e intercesora.

Ella sigue inspirando confianza.  Y por eso podemos acudir a la Virgen María con la dificultad que sea, con el mal que sea. Y allí está el corazón que comprende, los ojos que miran con cariño, el consuelo y la paz para encontrar la alegría perdida, la fortaleza de Dios para continuar el imprescindible banquete de la vida. 

Sabemos que el amor de esta madre es reflejo del Amor de Dios, que no falla nunca. Y al no fallar su amor, al lado de ella brota y se mantiene la alegría. Este don que hemos recibido en la Iglesia, lo podemos y debemos ofrecer a quien necesite guía y orientación, consuelo, alegría, sanación, seguridad y confianza.

Dios nos ha regalado en la Iglesia a su propia madre como nuestra. Ella siempre está atenta y disponible, con el corazón abierto a sus hijos e hijas. Ella sabe nuestra necesidad del vino del consuelo e intercede por nosotros. Ella, volviendo a nosotros sus ojos misericordiosos, nos repite: «Haced lo que Él os diga». Y Dios Padre nos regala a manos llenas, en Jesús, el vino nuevo de su misericordia.

Confiar en la Virgen María es confiar que tienen solución nuestros problemas y los del mundo. Es creer que las lágrimas pueden convertirse en alegría. Confiar en la Virgen María es experimentar que el amor misericordioso de Dios hace posible lo imposible. Estamos muy necesitados del vino de la fe, del vino del amor de Dios, del vino de la misericordia, del vino nuevo, el de mayor calidad, para celebrar mejor el banquete de la vida, sobre todo cuando se torna complicado.

Vivamos así, para mantener la alegría o recuperarla donde se haya perdido. Demos testimonio de nuestra fe, practiquemos la misericordia. Vayamos, sin vacilar, peregrinos confiados, hacia el Corazón de la Madre que siempre escucha e intercede ante su Hijo por nuestras necesidades y las de toda la humanidad. Después, solo tenemos que hacer lo que Él nos diga. Hermosa escucha, mejor consecuencia, que se derrama sobre todos como el mejor vino de la misericordia.

La Iglesia nos invita a que contemplemos a la Virgen de Fátima como esperanza y aurora de salvación. 

Una lección maternal, para nosotros, que frecuentemente nos sentimos angustiados en medio de los acontecimientos en que vivimos, turbados en el ánimo por el enigma de la muerte y divididos en el corazón.

San Juan Pablo II nos recordó que María, Nuestra Madre Celestial, vino para sacudir las conciencias, para iluminar el auténtico significado de la vida, para estimular la conversión del pecado y el fervor espiritual, para inflamar las almas de amor a Dios y de caridad hacia el prójimo. María vino a socorrernos.

“El mensaje de Fátima es, en su núcleo fundamental, una llamada a la conversión y a la penitencia, como en el Evangelio. A lo largo de todo el Evangelio resuenan las palabras arrepentíos y haced penitencia.

“Penitencia es tratar siempre con la máxima caridad a los otros. Es atender con la mayor delicadeza a los que sufren, a los enfermos, a los que padecen. Es interrumpir o modificar nuestros programas, cuando las circunstancias -los intereses buenos y justos de los demás, sobre todo- así lo requieran. Fátima sigue siendo un faro de esperanza consoladora y un fuerte estímulo a la conversión. 

María espera la respuesta de todos sus hijos. Queridos hermanos y hermanas, acojamos su invitación y permanezcamos fieles a nuestra vocación cristiana, ofreciendo cada día oraciones, especialmente el santo rosario, y nuestros sufrimientos, para la reparación de los pecados y la paz en el mundo.

La vida cristiana es el desarrollo de la vida de la fe, en el horizonte de la esperanza, con el ardor de la caridad.

María nos mira a todos y a cada uno de nosotros, como madre y con una gran ternura, misericordia y con amor… Ella siempre nos anima a sentir su mirada amable.

La Virgen se apareció para confirmar la esperanza firme de paz. “Por eso debemos convertirnos, cambiar de actitud y revestirnos con las armas de la luz, como el rearme moral y espiritual de la conciencia de vivir la paz de Dios, la paz del corazón, la paz con los demás”.

Hemos de subrayar que “el milagro más importante de Fátima no es propiamente la danza del sol, sino la conversión del corazón y de vida de tanta gente que sucede aquí sin que se vea, y que también podemos llamar la ‘danza de conversión’, al ritmo de la música de Dios que resuena en el Magníficat de la Virgen y llena de alegría”. 

Debemos vivir este tiempo como “un tiempo favorable de acción de gracias por el don de la visita y del mensaje de la Virgen y por las gracias recibidas”.

Ella nos invita a realizar “la experiencia de la ternura y de la misericordia de Dios, de la devoción tierna al Inmaculado Corazón de María, de conversión y de compromiso con Dios y a favor de los otros y de la paz del mundo a ejemplo de los tres pastorcitos”. Por tal motivo el llamado de la Virgen de Fátima a “la oración y a luchar por la paz y la defensa de la dignidad de los oprimidos y de los inocentes, víctimas de guerras y genocidios sin precedentes en la historia”.

Acogiendo el mensaje de la Virgen en Fátima, que el rezo de Santo Rosario nos ayude a meditar en los misterios de nuestra salvación, para mejor identificarnos con Cristo de la mano de María. Que los santos pastorcillos Francisco y Jacinta, obedientes hijos de la Virgen, nos encomienden a Jesús y nos ayuden a mantenernos unidos a María la Madre de Jesús.

Unido al Papa Francisco, yo quiero en este día  poner a todo Panamá a los pies de la Virgen María, y con el Papa decirle: «Tengo necesidad de tenerlos conmigo; necesito su unión (física o espiritual, lo importante es que sea de corazón) para mi ramo de flores … y unidos con “un solo corazón y una sola alma” (cf. Hch 4, 32), poder confiar a todos a la Virgen, pidiéndole susurre a cada uno: “Mi Corazón Inmaculado será tu refugio y el camino que te conducirá a Dios” (Aparición de junio 1917)» (Francisco, Mensaje de saludo al Pueblo Portugués, 12 mayo 2017).

ANUNCIO DE LA APROBACIÓN DE LA CONSTRUCCIÓN DE LA RÉPLICA DE LA CAPELINHA DE LAS APARICIONES EN PANAMÁ.

Hace poco más de tres años se realiza un sueño en el marco del Centenario de las Apariciones de Fátima, recibiendo a principios del año 2017 la presencia de una de las 13 réplicas de la Imagen Peregrina de Nuestra Señora del Rosario, visitando diversas parroquias de la Arquidiócesis y las diferentes diócesis de Panamá, visitando los centros penitenciarios, educativos y hospitales, hogares de ancianos y conventos de nuestra capital y del interior del país. Se logran grandes frutos pastorales, cuyo hito o culmen lo representó la Consagración colegiada de Panamá al Inmaculado Corazón de María con todos los obispos del país, el 5 de marzo de 2017, en la festividad del Jesús Nazareno de Atalaya. Durante los 40 días de su presencia se realizaron vigilias de Adoraciones Eucarísticas, incluyendo en las misma a los infantes, rezo del Santo Rosario meditado y múltiples procesiones, consagraciones personales y catequesis del mensaje de Fátima a toda la feligresía, cuya afluencia en estos días en sus parroquias era extraordinaria.

Ante la gran responsabilidad que el país obtenía al ser sede de la Jornada Mundial de la Juventud en enero del 2019, y posterior al comunicado realizado por el Santo Padre, el Papa Francisco, que encomendó en manos de la Virgen María, la evolución y los frutos de esta jornada, se solicitó a la rectoría del Santuario de Fátima la presencia excepcional de la Primera Imagen de Fátima, que nos acompañó en conjunto con el Sr. Rector Carlos Cabecinhas y sus delgados durante los días de la Jornada, ganándose la indulgencia plenaria para todos los peregrinos y feligresía que se acercara a su presencia y cumpliendo con los requisitos regulares para su obtención. Su presencia no solo marcó un antes y después en la historia de jornadas mundiales, sino también en la historia de la Iglesia Católica Panameña que es enteramente Mariana y ama a María.

Como uno de los frutos pastorales de esta visita Materna, nos atrevimos a solicitarle a la Rectoría del Santuario de Fátima en Portugal, una réplica de la Capelinha, que representa el corazón histórico del Mensaje de Nuestra Señora, en donde desde la Capelinha original solicitada por Nuestra Señora a los pastorcitos de Fátima en 1917, logra ser el centro de la difusión de Su mensaje a todo el mundo. 

Hoy estamos muy alegres de presentarles la respuesta del Sr. Rector del Santuario, en carta fechada el 24 de julio de este año que refiere de manera resumida lo siguiente:

Excelentísimo y Reverendísimo Mons. José Domingo Ulloa Mendieta,

Acuso de recibido la carta de Vuestra Excelencia Reverendísima del 15 de mayo pasado, para formalizar el pedido de autorización del Santuario de Fátima para la construcción de una réplica de la Capelina de las Apariciones de Nuestra Señora del Rosario de Fátima en la Arquidiócesis de Panamá.

En secuencia de esta ponderación, en reunión de Consejo de Coordinación del Santuario de Fátima, tengo el gusto de comunicarle nuestra respuesta positiva. Esta autorización comprende la construcción de la réplica de la Capelhina original, construida precisamente hace 100 años, en el año de 1919.

El Santuario de Fátima concede esta autorización como señal de comunión con esa arquidiócesis y con toda la nación de Panamá, deseando que, a través de la construcción de la réplica de la Capelinha, se exalte la devoción del Rosario y la Práctica de los 5 Primeros Sábados Mes en reparación por los pecados cometidos al Inmaculado Corazón de María.

Desde el Santuario de Fátima, rezamos por Vuestra Excelencia Reverendísima y por todos los fieles de este país.  

Con los más sinceros cumplimientos,

Padre Carlos Cabecinhas 

Rector del Santuario de Fátima.

Recibimos con gran júbilo pastoral su respuesta, que marca el inicio de la materialización de ese sueño de contar en suelo istmeño con una réplica de la Capilla de las Apariciones, luego de 500 años en que se fundara en tierra firme la Primera Ciudad en Panamá y precisamente, a 100 años de que fuera erigida la Capilla original en Cova De Iría, Fátima, Portugal.

Con esta réplica de la Capilla de las Apariciones en Panamá, aspiramos a tener el inicio de un pequeño santuario, donde deseamos brindar una acogida evangelizadora digna y plena del amor del Señor y de la espiritualidad de su Santísima Madre, a todos los fieles que a ella se acerquen en peregrinación, enseñando la Palabra de Dios, encaminándolos de la mano de Nuestra Madre, la Virgen María, hacia el corazón de su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo.

Apoyados en este gran desafío, que significa permitir una mayor cercanía de la espiritualidad Mariana para Panamá y los miles de peregrinos de todas partes del mundo que transitan por nuestras tierras, a partir de este momento el gran sueño de construir una Réplica de la Capilla de las Apariciones de Fátima en nuestro país ha iniciado.

Reiteramos nuestro agradecimiento y bendiciones, al Sr Rector del Santuario de Fátima en Portugal, teniendo la certeza que nuestra pequeña tierra istmeña, siempre con el favor de Nuestra Señora, también se convertirá en esa luz del cual irradiará la nueva evangelización al mundo a través del auténtico mensaje de Fátima, en pro del triunfo definitivo del Inmaculado Corazón de María y del Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo en toda la humanidad. 

PANAMÁ, acatemos las normas que nuestras autoridades han implementado. Por ti, por los tuyos, por Panamá -Quédate en casa.

† JOSÉ DOMINGO ULLOA MENDIETA, O.S.A.

ARZOBISPO METROPOLITANO DE PANAMÁ