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Maestra de Oración Universal

Maestra de Oración Universal

Teresa de Jesús como mística nos legó tesoros en materia de vida interior fraterna, sus escritos como Maestra de Oración Universal.

Prof. Montgomery A. Johnson Mirones, ocds

Para los Carmelitas Descalzos es el mes “teresiano”. En este mes celebramos a dos de las cuatro Doctoras de la Iglesia y que fueron monjas de la orden: Teresa del Niño Jesús y Santa Faz, Doctora del Amor; y Teresa de Jesús, Fundadora y Maestra de Oración. 

Teresa de Jesús como mística nos legó tesoros en materia de vida interior fraterna, sus escritos como Maestra de Oración Universal. El carisma carmelita descalzo se fundamenta principalmente en: oración, adoración a Jesucristo, quien reconocemos como amigo, la alegría apasionada de vivir en obsequio de Él, el cultivo de la vida interior, convivencia fraternal en comunidades orantes al servicio del Reino.

Su testimonio de vida también será una fuente de inspiración para maestros y los padres de familia que siempre son nuestros primeros maestros en los valores que solo provienen del seno del hogar.

Aquí contadas frases teresianas que nos enseñan valores:

“Nada te turbe, nada te espante, quien a Dios tiene, nada le falta”.

 Nos enseña mucho, pero en este caso principalmente sobre el valor de la serenidad y confianza en Dios. Necesitamos dejar morir el “yo” para que dé vida Él en nuestros corazones. La serenidad nos permite enfrentarnos a situaciones difíciles siempre con la convicción que Dios nos acompaña, sosegados y con actitud positiva.

“Procuramos mirar siempre las virtudes y cosas buenas que viéramos en los otros, y tapar sus defectos”.

Aquí mencionamos la caridad. Recordando que todos somos sujetos con defectos y el único que juzga es Dios. Qué diferente sería nuestra sociedad mundial si nos fijáramos más en lo que nos une en vez de lo que separa, y recordáramos que somos iguales en imperfección.

“La verdad padece, pero no perece”.

Trata sobre el valor de la honestidad. Enseñemos que la mentira causa decepción y traición, y que más vale decir la verdad que engañar con dulces palabras que son falsas. Tenemos que ser coherentes entre lo que pensamos y decimos, tener rectitud de vida.

“Tristeza y melancolía no las quiero en casa mía”. 

Es tarjeta de presentación de los católicos, parte fundamental del carisma Salesiano de Don Bosco también. La vida se enfrenta con buen humor, el ánimo contento a pesar de las adversidades de la vida y las circunstancias de cada día. Las dificultades se pueden superar sin caer en pecado de ira.

La serenidad permite enfrentarnos a dificultades con la convencidos que Dios nos acompaña.

“Determinada determinación de no parar hasta llegar”.

 La tentación de abandonar los proyectos es grande para nuestra juventud, que vive en una generación digital de la inmediatez.  Sin embargo, con la ayuda de Dios podemos perseverar hasta cumplir nuestros sueños. Haciendo propósitos firmes que no hará que desmayemos en el intento. Esto también nos da autoconfianza y paciencia. Teresa también nos dijo: “la paciencia todo lo alcanza”.

“Humildad es andar en verdad de nuestro ser: ante Dios, ante los demás, ante nosotros mismos”.

La humildad es fuente de grandes virtudes, también es honestidad y verdad. Los éxitos no se esconden (sería falsa humildad), pero tampoco se vanaglorian.  Teresa nos llama a ser auténticos, nuestra alma desnuda ante Su Majestad. La humildad nos lleva a reconocer nuestras limitaciones, reconocer que necesitamos del prójimo, y también el autoconocimiento para poder manifestar nuestras bondades y fortalezas.

Frases Teresianas
  • “Nada te turbe, nada te espante, quien a Dios tiene, nada le falta.” Nos enseña sobre el valor de la serenidad y confianza en Dios.
  • “Procuramos mirar siempre las virtudes y cosas buenas que viéramos en los otros, y tapar sus defectos.” Aquí mencionamos la caridad.
  • “La verdad padece, pero no perece.” Trata sobre el valor de la honestidad. Enseñemos que la mentira causa decepción y traición.

“Me parecía que era virtud ser agradecida y dar amor a quien me quería”.

 Es el valor de la gratitud. Hoy mucho de lo que tenemos lo damos por sentado, pero todo es un don y bendición de Dios. Para llegar a donde estamos hoy, muchos maestros y familiares nos han forjado como el alfarero al barro.

Tú… maestro, padre y madre de familia, el futuro de la sociedad está en tus manos, no la cambiaremos todos a la vez, sino uno a uno modestamente: “No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un gran amor”, así como el maestro anónimo que trabaja hasta tarde, como los padres que sacrifican todo por sus hijos, sobre todo educación y amor.

Teresa nos enseñó a orar a Jesús como amigo cercano nuestro. En esa cercanía pidámosle por nuestra juventud, sus maestros y por la familia panameña, amén.