En Darién, la fiesta de Nuestra Señora de la Merced se celebró con procesiones, cantos y la Eucaristía solemne.
Karla Díaz
La comunidad misionera de Garachiné, en la provincia de Darién, celebró con gran fervor la fiesta de Nuestra Señora de la Merced, advocación mariana que acompaña y protege de manera especial a los más necesitados y privados de libertad.

Las festividades incluyeron procesiones, cantos, oraciones y la Santa Eucaristía, en las que los fieles expresaron su amor y devoción a la Virgen, renovando su compromiso de vivir en libertad interior y en servicio a los demás.
En este ambiente de fe y alegría, la comunidad reafirmó que la Virgen de la Merced sigue siendo guía y consuelo para el pueblo darienita, especialmente en esta zona misionera donde la evangelización se vive con sencillez y esperanza.
