Obispos de Frontera exhortan a comunidades parroquiales, congregaciones religiosas y movimientos apostólicos a apoyar la asistencia humanitaria y espiritual de migrantes y refugiados en Panamá.
Por Marianne Colmenárez
En un llamado a la solidaridad cristiana, los obispos de frontera de la Conferencia Episcopal Panameña (CEP) han emitido un comunicado instando a las comunidades parroquiales, congregaciones religiosas y movimientos apostólicos a fortalecer la asistencia humanitaria y espiritual a las personas migrantes y refugiadas en el istmo.
Ante la actual crisis migratoria, los obispos —Monseñor José Domingo Ulloa, arzobispo metropolitano; Monseñor Pedro Hernández, del Vicariato de Darién; y Luis Enrique Saldaña, de la Diócesis de David— reafirmaron su compromiso evangélico de acoger, proteger, promover e integrar a quienes se encuentran en movilidad humana.
Asimismo, impulsaron la campaña “Iglesia Sin Fronteras” como un llamado concreto a la solidaridad y la acción.
Contexto actual
Panamá enfrenta tres realidades migratorias distintas: el ingreso continuo de migrantes a través del Darién, el grupo de migrantes varados en la frontera con Costa Rica tras quedar atrapados entre Panamá y México, y aquellos que han sido enviados forzadamente al país desde Estados Unidos.
Frente a esta situación, afirman que la Iglesia, a través de la Red Clamor Panamá, ha desplegado una red de asistencia en diversas zonas del país.

Respuesta de la Iglesia hoy
Señalan en el comunicado que, en la diócesis de David, específicamente en la frontera con Costa Rica, se mantiene un comedor para migrantes en Paso Canoas en colaboración con la Iglesia costarricense, así como el Hogar Medalla Milagrosa en David, que brinda alojamiento a migrantes enfermos y retornados en situación de calle, además de asistencia alimentaria y médica.

En el vicariato apostólico de Darién se ofrece acompañamiento humanitario y espiritual a migrantes en la Estación de Recepción Migratoria (ERM), especialmente a aquellos que no forman parte del flujo controlado.
En la Arquidiócesis de Panamá, el Hogar Luisa brinda atención integral a migrantes en situación de vulnerabilidad y deportados, ofreciendo alojamiento, alimentación, asistencia social, orientación legal y apoyo psicológico. Asimismo, el albergue temporal de Fe y Alegría Panamá, ubicado en Las Mañanitas, asisten a migrantes deportados desde Estados Unidos que, no han podido regresar a sus países de origen.
Cabe destacar que a estos esfuerzos se han sumado otras organizaciones basadas en la fe, como la Comunidad Evangélica y su Fundación de Asistencia al Migrante, el Comité Ecuménico de Panamá, la Comunidad Islámica y el Comité Interreligioso de Panamá, además de voluntarios y personas de buena voluntad.
Superando la indiferencia con acción
Explican que desde las parroquias pueden brindar espacios de acogida en sus instalaciones para grupos pequeños de migrantes y aseguran que contarán con el acompañamiento de la Red Clamor Panamá para su organización.
Así mismo, pueden donar alimentos secos o brindar apoyo económico para fortalecer la asistencia humanitaria.
¿Cómo colaborar?
Para coordinar la recepción de migrantes o donaciones
Vicariato de Darién: Padre Erick Fernández, Vicario de Pastoral. Cel: 6697-4878
Diócesis de David: Rafael Lara, Coordinador Red Clamor Panamá. Cel: 6664-5309
Arquidiócesis de Panamá: Jorge Ayala, Coordinador de Pastoral de Movilidad Humana. Cel: 6533-5330
Reconocen el rostro de Cristo en los hermanos migrantes
Pbro. Alejandro Goulbourne, Parroquia Ntra. Señora de Lourdes
“Una de las obras de misericordia más apremiante es ayudar a nuestros hermanos migrantes. La Palabra de Dios nos invita a ser solidarios con ellos, quienes hoy están necesitados. Mañana podríamos ser cualquiera de nosotros en situaciones similares”.
Fray Francisco Palomares, Parroquia Nuestra Señora de Fátima.
“La Iglesia siempre debe ser valiente y profética, confrontando las realidades que nos rodean. Es fundamental ponernos en el lugar de quienes sufren y preguntarnos: ¿qué haría Jesús en esta situación? Ojalá muchas parroquias se unan para brindar su apoyo”.
Pbro. Gregory Gay, Parroquia Saint Mary’s de Balboa
“Es muy triste ver la situación de los deportados, una falta de respeto a su dignidad. Si tenemos espacio e infraestructura, debemos acogerlos. Ojalá todos los católicos respondamos al llamado de nuestros obispos y brindemos apoyo a estos hermanos”.
Pbro. Anel Sánchez, Parroquia de Santa Ana
“La Iglesia nos llama a ser solidarios con quienes atraviesan dificultades. En nuestra comunidad, su presencia es cada vez más evidente en el comedor parroquial y en las calles, seguimos brindando apoyo con oración y acciones concretas de caridad”.