Es importante que los padres conozcan quiénes atienden a sus hijos en el entorno eclesial. Por eso se cuida que tengan un perfil adecuado para ese fin.
Por Elizabeth Muñoz de Lao
El papa Francisco ha dicho, alto y claro, que la Iglesia tiene Tolerancia Cero ante los abusos. Y fue más allá, al expresar en un mensaje enviado a la Asamblea Plenaria de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores, publicada el 25 de marzo pasado, que las prácticas de prevención son la promesa y el compromiso de un ambiente seguro para cada niño y persona vulnerable.
“Donde hay un niño o una persona vulnerable a salvo, Cristo es servido y honrado”, resaltó.
En esa línea de acción del Sumo Pontífice, la Iglesia panameña abrió el pasado año una Oficina de Escucha en la Arquidiócesis de Panamá, regida por la Pastoral de Cuidado y Prevención, que ha seguido en su proceso de reestructuración para crear espacios seguros en el entorno eclesial, muy especialmente para los menores de edad, informó el responsable de esa oficina y de la pastoral, el psicólogo Gerardo Guerrel.
Dio a conocer que ya se realizaron las reuniones con las diócesis del país y actualmente están en el proceso de identificación de personas con el perfil adecuado para crear sus propias pastorales de Cuidado y Prevención y la Oficina de Escucha en cada una de ellas.
También se hizo la primera jornada de sensibilización con el clero diocesano y religioso sobre la existencia, misión y objetivos de la pastoral y de apertura de la oficina de escucha, agregó.
Estas jornadas se hicieron con la intención de que, a medida que se vaya construyendo la red arquidiocesana y nacional de esta pastoral, también los párrocos, que son los garantes del trabajo pastoral, puedan escuchar del tema y, a mediano plazo, tener laicos en cada parroquia para formarse en materia de prevención y cultura de cuidado.
Guerrel también se ha reunido con la Comisión Arquidiocesana de Catequesis, la de Pastoral Juvenil, Pastoral Educativa y Pastoral Social, con la intención de que, a través de la estructura de voluntarios que tienen, ir incorporando la Pastoral de Prevención.
De la misma manera, se realizarán reuniones con la pastoral de Obras Misioneras Pontificias, tomando en cuenta que aglutina a Infancia Misionera.
Gerardo Guerrel aclaró que, aunque la prevención y cuidado van dirigidos a todas las personas, la prioridad son los menores de edad.
El avance en esta etapa es de más del 60%, destacó el psicólogo. El siguiente paso es comenzar la sensibilización con todos los grupos vulnerables, que son los menores de edad.
Ya comienza a visibilizarse la misión de la Pastoral de Cuidado y Prevención, para hacer docencia a fin de que la iglesia cumpla su misión de buen pastor y cuidadora de sus ovejas, dijo. “Esto implica conocer con quiénes trabajamos, qué catequistas llegan, quiénes son los encargados de Infancia Misionera, de monaguillos, de pastoral juvenil, porque son los grupos que trabajan con menores de edad. Esto no invalida que se pueda atender abusos de cualquier tipo contra los adultos”, manifestó.
En busca de buenas prácticas de cuidado

Hay que tener claro que la misión no es buscar agresores, sino lograr que todos los que trabajan en parroquias con menores de edad, sean buenos pastores del evangelio; que haya buenas prácticas de cuidado y espacios públicos abiertos y seguros para las pastorales juvenil, de catequesis y monaguillos.
Es importante que los padres sepan quiénes son los que atienden a los hijos, que hay un protocolo para su cuidado, y que si se da cualquier situación, sepan que en la parroquia hay una persona que los escucha, y que existe una oficina arquidiocesana de escucha. Esto es lo que se ha avanzado en la parte preventiva, destacó Guerrel.
En cuanto a las víctimas, sí hay casos que se están atendiendo. La idea es que la persona que sienta que es víctima de abuso dentro de un entorno eclesial, o sospeche que alguien lo sea, pueda hacer la denuncia.
En busca de alianzas
Guerrel destacó que iniciarán contacto con organizaciones civiles y gubernamentales que tienen que ver con prevención de abusos, como la Fiscalía de Menores y otras, pues en las sensibilizaciones han hablado con catequistas que reciben información sobre abusos fuera del entorno eclesial. Con el apoyo de estas entidades, se puede informar al catequista sobre qué puede hacer.

Tipos de abuso
Cuando se habla de cultura de cuidado y prevención, se trata de cualquier tipo de abuso, aunque el que genera más ruido es el abuso sexual. Sin embargo, explica el psicólogo, para que haya abuso, usualmente hay primero un abuso de poder, psicológico, abuso espiritual (en el ámbito eclesial), y luego puede llegar al abuso sexual.
En el caso de la Iglesia, según la legislación eclesiástica, el abuso de poder se da cuando hay una asimetría en la relación de poder, por ejemplo, un párroco en su parroquia, un obispo en una arquidiócesis, un coordinador de catequistas, o un líder de una comunidad. Su rol de servicio tiene un poder porque coordina e influye sobre otras personas.
Cuando en una relación asimétrica de poder, existe un uso perverso de ese poder para fines para los cuales no fue destinado, allí hay un abuso de poder.
En el contexto eclesial, se habla de un abuso espiritual cuando se usan elementos de fe para un interés propio o de manipulación.
Esto también es un abuso de conciencia, pues “todos los que trabajamos con menores de edad, tenemos la posibilidad de abusar de la conciencia, porque podemos influir en su filosofía de vida, en sus valores, como los maestros, padres y catequistas”, resaltó Guerrel.
Por eso es importante la formación e identificación de buenos catequistas en las parroquias, recalcó Guerrel.
Sensibilización en las parroquias
Se han hecho dos sensibilizaciones parroquiales: en Santa Cruz de Chilibre, que tiene el modelo de comunidades eclesiales de base, y en San Antonio de Padua, Ciudad Jardín. Aunque se quiere hacer la red arquidiocesana, que debe ser vicarial, zonal y parroquial, eso no impide que se haga la sensibilización en las parroquias que, por ahora, lo pidan.
El Papa se pronuncia contra abusos
“Vuestro servicio es como «oxígeno» para las iglesias y comunidades religiosas locales”. Así describe el papa Francisco la labor llevada a cabo por la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, reunida del 24 al 28 de marzo.
En un mensaje firmado desde el Policlínico Gemelli, el Papa advierte que la prevención de los abusos no es una manta para extender sobre las emergencias, sino uno de los cimientos sobre los que construir comunidades fieles al Evangelio.
Mecanismos de protección
Según nota del Vatican News, en el texto, el Papa subraya que el trabajo de la Comisión no consiste en aplicar protocolos, sino en promover mecanismos de protección, es decir, «una formación que educa, controles que previenen, una escucha que devuelve la dignidad».
Cuando se instauran prácticas de prevención, incluso en las comunidades más remotas, están escribiendo una promesa: que cada niño, cada persona vulnerable, encontrará en la comunidad eclesial un ambiente seguro. Este es el motor de lo que debería ser para nosotros una conversión integral. No hay lugar para el abuso ni para encubrirlo, dice.
Pide escuchar con el oído del corazón, para que cada testimonio no encuentre registros que rellenar, sino entrañas de misericordia de las que renacer. Exhorta a caminar con esperanza y entrega por el camino emprendido.
Invita a ser «centinelas que vigilan mientras el mundo duerme» y a no archivar el dolor, sino sanarlo.
Escenarios
Confianza
Puede haber chicos de catequesis que tienen un amigo o vecino víctima de algún tipo de abuso, fuera del entorno eclesial. Ellos se sienten tan seguros en la catequesis, que le confían a su catequista lo que saben. Es entonces, cuando este servidor de la Iglesia puede actuar para ayudar a la víctima.
Virtualidad
El papa Francisco dice que los abusos son una plaga, por eso hay que trabajar en la cultura de prevención.
Ya se está tratando el abuso en contextos virtuales e inteligencia artificial, donde el nuevo escenario del abuso es virtual, a través de redes.
La iglesia debe ser luz en cualquier escenario.