Carlos Metola, postulador de la fase diocesana de la causa de beatificación de Carmen Hernández, entregó la petición formal del inicio de la causa. Fue co-iniciadora del Camino Neocatecumenal junto a Kiko Argüello.
Redacción
En una eucaristía en la Catedral de la Almudena de Madrid, presidida por el arzobispo el cardenal Carlos Osoro, el lunes 19 de julio, se ha pedido formalmente la apertura de la causa del proceso de beatificación de esta mujer que ha marcado la historia reciente de la Iglesia.
En la celebración participaron centenares de miembros del Camino Neocatecumenal, principalmente de las comunidades de Madrid, así como numerosos presbíteros.
Al final de la celebración, Carlos Metola, postulador de la causa, entregó la petición formal al Cardenal Osoro, una vez que ya se han recogido más de 16.000 páginas que componen 70 volúmenes con los escritos personales y catequesis de Carmen Hernández y otros datos que se han ido recopilando desde su fallecimiento.
En la homilía, el cardenal Osoro destacó que Carmen Hernández “fue capaz de anunciar a Jesucristo abriendo horizontes de alegría y de esperanza, mostrando y regalando y comunicando el amor misericordioso de Dios, mostrando la vida nueva que aparece con Cristo. Experimentemos hoy en esta celebración, que ofrecemos por el eterno descanso de Carmen, que hay que ir a todos los hombres con nuestra pobreza, pero llenos de la riqueza del Resucitado. Esta es la experiencia que tuvo en su vida Carmen”.
Esta petición ha ido acompañada de una carta de Kiko Argüello, en la que el también iniciador del Camino destaca que «Carmen era una mujer excepcional, enamorada de Cristo, de la Escritura y de la Eucaristía», «una mujer profunda, auténtica y libre en su relación con todos» y que «amaba a Cristo y a la Iglesia y al Papa por encima de todo».
Datos de su vida
Nace en Ólvega (Soria), el 24 de noviembre de 1930. Desde joven siente la vocación misionera bajo la influencia del espíritu de San Francisco Javier.
Estudia Ciencias Químicas en la Universidad de Madrid. Durante unos años forma parte del «Instituto de Misioneras de Cristo Jesús» y estudia Teología en Valencia.
En el año 1964 conoce a Kiko Argüello. Anuncia el Evangelio con una síntesis teológico-catequética basada en la Palabra de Dios, base del Camino Neocatecumenal.
Al haber transcurrido ya cinco años desde su muerte, se pueden dar ya estos primeros pasos iniciales. En este tiempo se han recogido los numerosos escritos personales de Carmen Hernández, «más de 16.000 páginas, unos 60 o 70 volúmenes».
Son, sobre todo, las transcripciones de catequesis, encuentros y reuniones en las que intervino Carmen, junto a Kiko Argüello, en su labor de evangelización itinerante por los cinco continentes, durante más de 50 años. Junto a estos textos también se han recogido sus cartas personales, bocetos de catequesis, numerosos diarios y otros escritos. Además, se han recogido cerca de 1.500 comunicaciones de favores procedentes de más de 70 países distintos.
Biografía oficial de Carmen Hernández
El quinto aniversario del fallecimiento de Carmen Hernández coincide con la publicación de su primera biografía oficial, cuyo autor es el profesor y doctor en Filosofía Aquilino Cayuela y edita la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC).
El libro repasa las diversas etapas de la vida de Carmen Hernández, así como su formación científica, teológica, bíblica, eclesiológica y litúrgica.
La presentación de la biografía corre a cargo del cardenal Rouco Varela, quien la conoció personalmente y fue testigo de su labor evangelizadora. “Carmen y la historia de su vida merecían ciertamente una biografía con la que quedase constancia escrita de lo que significó para la Iglesia del Concilio Vaticano II la trayectoria humana, espiritual y apostólica de una mujer que se entregó a Cristo y a su Iglesia”.
El prólogo del libro es de Kiko Argüello, quien afirma: “En estas notas biográficas vais a ver a una mujer excepcional, importantísima para la Iglesia, enamorada de Cristo, de la Escritura y de la Eucaristía. Tenía una clara conciencia de que la misión que Dios le había dado era apoyarme, defenderme y corregirme, por el bien del Camino Neocatecumenal. Doy gracias a Dios por Carmen, que me ha dicho siempre la verdad, constantemente”.