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Catecumenado e iniciación cristiana

Catecumenado e iniciación cristiana

Comisión Arquidiocesana de Catequesis

EL CATECUMENADO ES UNA DE LAS FORMAS DE INICIACIÓN MÁS ANTIGUAS, QUE HOY LA IGLESIA RESCATA PARA RESPONDER A LA DESPROPORCIÓN ENTRE EL GRAN NÚMERO DE BAUTIZADOS Y LOS POCOS COMPROMETIDOS CON LOS VALORES CRISTIANOS.

¿Cómo seguir bautizando a los niños, y evitar el quedarnos con bautizados no convertidos ni creyentes? Actualmente, vivimos un materialismo desmedido, una indiferencia religiosa, una secularización y una descristianización.  Existe una desproporción entre el número de bautizados y el números de creyentes comprometidos con la fe cristiana. Entonces, ¿qué clase de cristiano es el que estamos «haciendo» al preparar y celebrar los sacramentos de iniciación cristiana (bautismo, eucaristía y confirmación)?, y ¿qué clase de comunidad es la que estamos edificando al considerarlos como nuevos miembros?

La respuesta está en la necesidad de renovar el proceso de «hacer cristianos», para que abarque mucho más que la preparación para un sacramento.  Pues, si seguimos haciendo las cosas de la misma manera, la brecha entre los “iniciados” en la fe cristiana y los que auténticamente viven esta fe, se hará cada vez mayor.  Para que una persona esté realmente iniciada, es preciso que ocurra ese “nuevo nacimiento” del que hablaba Jesús a Nicodemo, que implique abandonar lo anterior para vivir algo nuevo, acercándose al modelo original, que es Cristo.

Por su contenido, dinámica y estructura, el catecumenado es el medio ideal para una verdadera iniciación cristiana. Los mismos nombres que se dan a los que siguen este proceso, indican su carácter iniciático: “simpatizantes”, a los que despiertan su interés en hacerse cristianos; “catecúmenos”, a los deciden y aceptan voluntariamente prepararse para recibir los sacramentos de iniciación; “neófitos”, a los que ya han vivido el “nuevo nacimiento” a través del bautismo.  A partir del Concilio Vaticano II se dieron las primeras indicaciones para renovar el catecumenado y, más tarde, con la publicación del Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos (RICA), se ofreció un camino progresivo de iniciación, recogiendo las esencias del catecumenado de los primeros siglos de la iglesia, aplicado a nuestros días.