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Comprensión y aceptación mutua

Comprensión y aceptación mutua

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La íntima comunidad de vida y amor a que aspira toda pareja desde su noviazgo, y con el matrimonio como horizonte, se irá alcanzando progresivamente, a lo largo de su existencia, con el empeño y el esfuerzo que ambos aporten. Convivir es difícil. La adaptación y búsqueda de la complementariedad de dos seres diferentes, únicos e irrepetibles, requiere hacer vida, día a día, todo cuanto conlleva el amor.

Jamás podrá marchar bien un matrimonio si en la base de su escala de valores no está la aceptación del otro tal como es, con su propio carácter, sus cualidades y defectos, sus capacidades y limitaciones, su unidad original, su persona.

El amor nos lleva a conocer a la persona amada y aceptada, para con ella dejar de ser un “tú” y un “yo”, y aspirar a un “nosotros” en plenitud.

Aceptarse, comprenderse y ayudarse a evolucionar exige una constante superación de los defectos y limitaciones que todos tenemos.

Madurar, avanzar hacia el logro de la plenitud como persona, conlleva, por un lado, descubrir el bagaje de valores y cualidades positivas que se poseen, para potenciarlos; y, por otro, localizar todo aquello que llevamos dentro de nosotros como lastre negativo que nos impide avanzar y del que precisamos liberarnos.

Desde esa corresponsabilidad antes referida, ambos están llamados a detectar en el otro aquello que éste no ve y que requiere ser modificado.

Cada uno es corresponsable de la evolución personal del otro y, desde el amor que los une, está llamado a ayudarle a potenciar su personalidad, a desarrollar todos sus talentos.

Si los dos aceptan sus diferencias, se abrirán más a los otros. Los talentos de cada uno podrán fructificar, para mayor alegría de todos. Cada uno en la pareja le permitirá al otro existir plenamente, de acuerdo con su verdad interior. El matrimonio será entonces lugar de liberación.

COMUNICACIÓN. Vital en el matrimonio.

Abrirse a la pareja

PAZYBIEN.ORG. La pareja comienza normalmente su vida conyugal en el paraíso del amor romántico. Desde la fusión y la complementariedad a menudo es largo el camino que conduce a las orillas de la alteridad, donde el otro es reconocido y amado en cuanto otro. 

La pareja tiene más posibilidad de durar si opta por la alteridad, porque renuncia a la ilusión de la semejanza por la diferencia. Pero antes de dar este paso, la pareja debe renunciar al paraíso del amor romántico, de la imagen que los consortes han proyectado el uno sobre el otro. 

Cada uno es invitado a aceptarse  en vez de empeñarse en colocar al otro sobre un pedestal.

Para vivir esta alteridad en el matrimonio, es importante que ambos cónyuges estén de acuerdo; de lo contrario, uno se sentirá abandonado por el otro. Si los dos aceptan sus diferencias, se abrirán más a los otros.