Al cumplirse un año de la realización de la Jornada Mundial de la Juventud 2019, los jóvenes continúan siendo los protagonistas de su historia. Hace dos semanas, los jóvenes de la Arquidiócesis dejaron las redes sociales y se lanzaron a Predicar la Palabra de Dios, al igual que los integrantes del proyecto “Misión País”. Esta semana, los seminaristas han vuelto a sus parroquias de origen para misionar, y este fin de semana miles de jóvenes asisten al Encuentro Nacional de Renovación Juvenil.
Y en memoria agradecida, los jóvenes de la Arquidiócesis de Panamá programan un evento festivo-religioso denominado “Celebremos 2020”. Se desarrollará los días 31 de enero, 1 y 2 de febrero en el Mirador del Pacífico de la Cinta Costera, un lugar icónico que recibió a miles de jóvenes de todo el mundo, y al Santo Padre Francisco.
Será la oportunidad para volver a dar gracias a Dios, por ser la sede de la Jornada Mundial de la Juventud 2019, y también recordar la confianza del papa Francisco en darnos la oportunidad de hacer una Jornada para la juventud de las periferias existenciales y geográficas.
Así lo manifestó el Arzobispo de Panamá, Monseñor José Domingo Ulloa en la Misa de Acción de Gracias por el aniversario de la Jornada Mundial de la Juventud, celebrada el pasado 22 de enero en la Iglesia Nuestra se- ñora de Lourdes, en Carrasquilla.
“Nuestro pequeño país recibió a peregrinos de más de 140 países que juntos soñaron, que un mundo y una Iglesia nueva es posible”, recordó Monseñor Ulloa, haciendo memoria de to- das las actividades desarrolladas durante la JMJ 2019, rememoró las catequesis con obispos de distintos países; el Parque del Perdón y el Festival de la Juventud.
“Ustedes fueron y no me canso de repetirlo, los protagonistas de la Jornada Mundial”, dijo a los jóvenes presentes en la misa, tras reiterar que la Iglesia sigue con- fiando y esta plenamente convencida que son los verdaderos protagonistas para los cambios y las transformaciones que requiere la humanidad y la Iglesia.
Sin embargo, dijo que para asumir este gran desafío deben seguir preparándose a conciencia, conociendo su historia personal, familiar, social y cultural, pero sobre todo su historia de fe.
“Solo así, de la mano de los abuelos y los mayores, podrán transformar con la alegría del evangelio aquellas situaciones de injusticia y de inequidad, que hieren a la sociedad”, expresó el Arzobispo de Panamá.
Al finalizar y dirigido a todos los panameños, indicó categóricamente: “Lo que vivimos, aprendimos, compartimos y gozamos, durante los días de la JMJ, tiene que continuar presente en nuestra vida personal, familiar y comunitaria”.