Lo primordial es darle a nuestro cónyuge una completa atención, entregarnos plenamente con todo el corazón.
En esta ocasión quisiera reflexionar sobre los que es dedicarle tiempo a nuestra pareja dentro del matrimonio. Lo esencial es que estemos juntos y disfrutar la compañía del otro. En la vida tenemos tiempo para todo como nos enseña la Biblia en el libro de Eclesiastés: “Hay bajo el sol un momento para todo, y un tiempo para hacer cada cosa: Tiempo para nacer, y tiempo para morir; tiempo para plantar, y tiempo para arrancar lo plantado;» Eclesiastés 3, 1s. Lo importante es meditar como estamos usando el tiempo que Dios nos da. Qué espacio tiene reservado nuestra pareja en ese don tan valioso con que contamos y que a veces desperdiciamos en actividades poco edificantes.
Cuando las parejas están en el noviazgo es probable que una de las cosas que los diferenciaba de sus amigos era el tiempo que pasan el uno con el otro. Disfrutan mucho estar juntos todos los días, tantos los días de trabajo como los días libres. Programan sus actividades y paseos; hablan largamente de sus deseos y anhelos. Recuerden que cuando eran novio las horas les parecían minutos y si meditamos sobre esos tiempos llegamos a la conclusión de que lo que hacíamos o hablábamos no era lo esencial, sino el compartir el tiempo junto.
No hay actividad que pueda sustituir el amor dentro de la pareja.
Cuando al fin las parejas se casan lo hacen con mucha ilusión, ¡al fin podre estar todo el tiempo posible con la mujer que me robo el corazón! Cuando estábamos recién casados salíamos con amigos, pero lo que más disfrutamos era estar a solas con nuestra pareja. Entonces nos podríamos preguntar ¿Qué es lo esencial de una experiencia que hace que tenga calidad de tiempo y que sea una comunicación de amor? Definitivamente pienso que lo esencial es darle a nuestro cónyuge una completa atención, es decir, entregarnos al otro plenamente con todo el corazón.
Para muchos de nosotros, la vida por lo general está más complicada debido a que, por ejemplo, ambos padres trabajan, por lo tanto, el foco de atención se aleja del tiempo para nuestra relación de pareja. Sin darnos cuenta estas otras actividades se pueden convertir en una excusa para no darle a mi pareja la atención que está necesitando de mí.
No podemos saciar nuestras carencias afectivas con lo material
Esto es común en muchas parejas cuando perdemos de vista las maravillas de cada uno y dejamos de apreciarlas debido a las exigencias de la familia, intereses deportivos, pasatiempos, tiempo personal para relajarse, etc. Esto refleja una actitud egoísta, no porque sean actividades malas en sí, sino porque las hacemos para evitar tener tiempo con nuestro cónyuge.
No existe actividad o interés, por las cosas materiales, que pueda sustituir el amor y la intimidad dentro de la relación de pareja. No podemos saciar nuestras carencias afectivas con estas cosas, y para quienes tenemos interés en mejorar nuestra relación y ser felices con nuestra pareja, nos equivocamos al buscar satisfacción solo en las cosas materiales, pronto vamos a encontrar nuestro corazón vacío de amor y lleno de egoísmo.
En resumen y a modo de conclusión le compartimos lo que nos enseña el apóstol San Pablo en su carta a los Filipenses:
“Si algo puede una exhortación en nombre de Cristo, si algo vale el consuelo afectuoso, o la comunión en el espíritu, o la ternura del cariño, les pido que hagan perfecta mi alegría permaneciendo bien unidos. Tengan un mismo amor, un mismo espíritu, un único sentir. No hagan nada por ambición o vanagloria, antes con humildad estimen a los otros como superiores a ustedes mismos. Nadie busque su interés, sino el de los demás. Tengan los mismos sentimientos de Cristo Jesús”.