Encendamos una luz por nuestros difuntos

Encendamos  una luz  por nuestros difuntos

Acto litúrgico interreligioso para honrar a los caídos por Covid-19. Panameños se unen a pesar de sus diferencias para elevar plegarias a Dios. 

El 2 de noviembre de este año será doblemente especial, pues la Patria honra la memoria de quienes han trascendido a la eternidad, pero lo hará de manera muy particular por quienes han caído víctimas del Covid-19, y cuyo recuerdo nos acompañará siempre.

En un acto litúrgico que tendrá como escenario la Catedral Basílica Santa María La Antigua participarán fieles cristianos, judíos, musulmanes, budistas y de la fe Baha’i, además de representantes del Gobierno e invitados especiales, para rogar al Trascendente que reciba en su seno a los seres queridos que han muertos por la pandemia.

¿Cómo será el acto interreligioso del 2 de Noviembre de 2020? VIDEO

El Papa Francisco en una de sus catequesis recientes nos enseña que “la última obra de misericordia espiritual pide rogar a Dios por los vivos y por los difuntos”.

“Es claro que los muertos no pueden hacer ya nada por sí mismos, ya no pueden ni poner ni quitar para el bien de su alma, pero quienes quedamos en esta Iglesia que peregrina en la tierra, podemos orar al Padre para que en su infinita misericordia perdone a nuestros hermanos difuntos”, señaló monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de Panamá y quien será el anfitrión del acto.

Vamos a pasar por la memoria y por el corazón a todos los que han fallecido en este tiempo de emergencia sanitaria, de manera muy especial a aquellos que “cayeron sirviendo a los demás”, explicó.

Por eso, en el acto del 2 de noviembre se tendrá muy presente a los médicos, enfermeras, policías, bomberos, voluntarios de rescate y de servicio social, docentes, y campesinos, entre otros.

Por su memoria fieles de todas las religiones –incluso no creyentes– se reunirán en un solo haz de ruegos y pensamientos positivos, recordando a esas casi tres mil personas que se nos fueron víctimas de ese virus que ha paralizado al mundo.

TRADICIÓN. La Catedral Basílica Santa María la Antigua será el escenario de esta plegaria que no ve diferencias ni colores… ve un pueblo que ora a su Dios.

Un acto a lo panameño

“Panamá tiene un gran tesoro que a veces no distingue por ser algo común: aquí podemos reunir a fieles de todas las religiones en un mismo acto de fe y buena voluntad” señaló monseñor José Domingo Ulloa.

En otras partes del planeta estas religiones están enemistadas hace muchos siglos, y se desangran en desavenencias y guerras continuas. Aquí en Panamá, gracias a nuestra idiosincrasia de hospitalidad y forma de ser tan alegre y diversa, “nos abrazamos y podemos dialogar entendiendo que somos distintos, pero nunca distantes”, subrayó el arzobispo, quien recordó cómo estas religiones se unieron durante la JMJ.

La tradición

El padre Manuel Ríos Yuil, Secretario Ejecutivo de Misión y Espiritualidad de la Conferencia Episcopal Panameña, y encargado de liturgia del Arzobispado de Panamá, explica que, desde tiempo inmemorial, la Iglesia ha tenido en alta estima la oración por los difuntos, y ejemplo de ellos encontramos en el Libro de los Macabeos (2 Macabeos 12, 42-45).

UNIDAD. Todas las comunidades de fe unidas en un solo haz de voluntades.

“En nuestra Iglesia tenemos esa certeza de la comunión de los santos, en la que la Iglesia triunfante se une a la Iglesia peregrina, sobre todo en la eucaristía, para dar gloria a su Señor”, indicó el presbítero.

El padre Ríos Yuil detalla que, debido a la pandemia, el acto litúrgico por los difuntos este año tiene dos sentidos, primero como réquiem por los difuntos, y un segundo aspecto “con el que daremos testimonio de fe por la vida y la resurrección, y por eso participaremos de un lucernario en el que proclamaremos que la última palabra la tiene Cristo, quien es la Luz y la Vida para todos nosotros”.

“Recordemos que en las primeras épocas a los cristianos se les llamaba ‘los iluminados’, y era porque Cristo había llegado a tu vida y te había sacado de la oscuridad.

Por eso en el acto será muy importante la luz del cirio Pascual, que habla de que aquí la muerte no es la que vence, sino la vida, porque Cristo ha resucitado, y porque Él vive, todos tenemos la esperanza de la Vida Eterna y de la resurrección, indicó el Padre Ríos.

“Esta será una ocasión para testimoniar que Panamá está con Cristo, y Cristo está para Panamá.

TE DEUM. El acto litúrgico por los difuntos también será ocasión propicia para dar gracias a Dios por nuestra soberanía y vocación de futuro.

Vida y Patria

“Celebrando la vida recordamos también nuestras fiestas patrias (…) Por eso realizaremos primero el responso y después el lucernario, que nos habla del porvenir y la vida”, explicó el liturgo.

Manuel Ríos nos aclara que ante la ausencia de un Te Deum el 3 de noviembre, el país aprovechará esa celebración para rendir tributo a la nación, “celebrando la vida de quienes vivimos en esta Iglesia que peregrina, y quienes ya están en la Iglesia triunfante”.

Interreligiosidad

El sacerdote hace notar que este acto del 2 de noviembre no tendrá la carga litúrgica propia del catolicismo.

“Esta celebración va a ser esencialmente interreligiosa, y se le dará participación a cada uno de los líderes de otras comunidades de fe, especialmente las grandes religiones monoteístas que conviven en nuestro suelo patrio.