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Descubramos el valor de los nacimientos o belenes

Descubramos el valor de los nacimientos o belenes

En estos días previos a las fechas navideñas son muchos los hogares que se preparan para poner el Belén o Nacimiento, una tradición, que según se recoge en muchos documentos, fue introducida por San Francisco de Asís. En el caso de América, esta tradición llegó de la mano de esta orden franciscana.

En su carta apostólica “Admirabile signum” sobre el significado y valor del pesebre, el Papa nos ofrece una sencilla meditación sobre las montañas, los riachuelos y las diversas figuras que colocamos en el nacimiento. Evidentemente el centro se encuentra en María, José y el Niño Jesús. Pero tienen su valor las imágenes de los pastores y los Reyes Magos. Y hasta las figuras populares de lavanderas, herreros o panaderos.

El Arzobispo de Panamá está entre los más entusiastas en colocar el nacimiento en su residencia, y considera que el papa Francisco reivindica esta práctica valiosa, pues subraya la dimensión pública de la fe.

Para Monseñor José Domingo Ulloa, el papa Francisco busca alentar la hermosa tradición de colocar el nacimiento (Belén), en los hogares y en la escuela, en los hospitales y en las cárceles, en las calles y en las plazas.

El padre José Rodríguez (Chemita), heredó la tradición de los nacimientos de sus abuelos maternos. Recuerda que eran especialistas en construir nacimientos y se las ingeniaban para efectos (de la época) que llamaran la atención de los visitantes.

De ahí surge ese interés por promover los belenes o nacimientos, donde le ha tocado ser párroco. Considera hay que aprovechar la oportunidad para catequizar a los visitantes: niños, jóvenes y adultos que se acercan solo para admirarlos como obras de arte.

“Es una catequesis, como dice el papa Francisco, plástica”, que “nos recuerda que Dios se hizo hombre en medio de las vicisitudes, las alegrías y las penas de los seres humanos”, advierte el padre “Chemita”.

Para la familia Chapman-Endara, con casi 50 años de colocar el “nacimiento” en su hogar, cuyas piezas han ido comprando a través de los años, “lo más importante no es verlo, es contemplarlo”, y lo consideran un potencial evangelizador que narra cada misterio.

“El belén no es un simple adorno de Navidad”, advierte María del Carmen Endara de Chapman. Con la certeza que da la experiencia de vivir esta tradición cada año, María del Carmen reconoce la suprema grandeza del Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios. “Es el acontecimiento de nuestra salvación”, manifestó. 

El nacimiento de esta familia, es una obra con más de 170 figuras que representa el portal y el pueblo de Belén con una serie de edificaciones que reflejan de una manera didáctica el poblado. “Toda la familia se involucra en la confección del nacimiento”, detalla María del Carmen Endara de Chapman. “Es además una forma de ir catequizando; primero con nuestros hijos y ahora con nuestros nietos”, afirmó.