Diócesis viven una Semana Santa diferente

Diócesis viven una Semana Santa diferente

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La Iglesia católica vive uno de sus períodos más importantes del año, la Semana Mayor. Y aunque ha sido sin Vía crucis sin lavatorio de pies, las diócesis lo están experimentando con el mismo fervor religioso en la interioridad de los templos, los sacerdotes, y los fieles en sus hogares.

Obispos y sacerdotes no han dejado de transmitir las celebraciones litúrgicas, a través de las herramientas tecnológicas, para que el pueblo de Dios viva la celebración de los días centrales del año litúrgico, desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección.

DOMINGO DE RAMOS/ DIÓCESIS DE CHITRÉ

Desde el sábado, la Familia Álvarez Te- llo preparó su ramo de palmas y el Domingo de Ramos las colocó en la puerta de su casa para el inicio de la Semana Santa.

Al igual que muchos fieles católicos del país, esta familia no salió de su hogar, vivió esta celebración desde su casa, debido a la cuarentena domiciliar obligatoria para tratar de contener el coronavirus.

Salomón Luis Álvarez González, y su esposa Leslie Anabela Tello Mudarra, junto a sus hijos, Sara Victoria, Juan Pa- blo y María Paula no dejaron pasar este Domingo de Ramos sin vivirlo intensamente en su hogar, la Iglesia doméstica.

“Para nosotros ha sido un Domingo de Ramos diferente, vivido con nuestra fa- milia, y preparado con esmero, sacando de nuestro jardín las palmas”, expresó Luis.

Por su parte, su esposa Anabela comentó que celebraron la Eucaristía de manera espiritual a través de la televisión. “Con el mismo entusiasmo de años anteriores dimos vivas a Jesús triunfante, desde la interioridad de nuestro hogar”, dijo.

Litúrgicamente, es el sacerdote que bendice los ramos, pero Sara Victoria, la hija mayor lo hizo la oración diciendo: “Dios Padre celestial, bendice este hogar, bendice este ramos y permite que tu hijo Jesús y la Virgen María reinen en él, Amén”.

LUNES SANTO/

DIÓCESIS DE PENONOMÉ

El inicio de la Semana Mayor es una linda oportunidad para intensificar la oración; hacer una reflexión más pautada de la Palabra del Señor y realizar obras de misericordia como preparación a la gran fiesta de la Pascua, fiesta de la Resurrección, ¡fiesta de la vida!

Las Dominicas de la Presentación, pre- sentes en la comunidad de Churuqui- ta, viven esta Semana Santa desde su espiritualidad, un profundo fervor en la oración y en la celebración común de la liturgia.

La Hermana Donatila, al referirse a la celebración del Lunes Santo dentro de la comunidad religiosa, dijo que reflexionaron acerca de liturgia que presentó dos actitudes muy distintas; por un lado, María, una mujer que no sólo da lo mejor que tiene, sino que se da y no piensa en el que dirán, qué van a pensar…Judas, un seguidor de Jesús que parece muy intere- sado en servir a los pobres, pero que en el fondo tenía otras intensiones.

“Ellos nos sirvieron de referencia para nuestra celebración penitencial” manifestó la religiosa y agregó que a la luz de este pasaje surgen varias preguntas: ¡Estamos dando a Jesús, lo mejor de nuestras vidas? ¡Cuánto tiempo dedicó en la contemplación diaria? ¡Qué es la que Jesús no pide que le entregue hoy ¿ ¡Son rectas mis intenciones en las acciones de cada día?

Para la religiosa dominica estas preguntas valen también para todos nosotros, y aprovechó para invitarnos a vivir esta Semana Santa alimentándonos de la Palabra de Jesús y participando activamente en signos que ofrece la Iglesia en estos días.

MARTES SANTO/ DIÓCESIS DE COLÓN

En la Costa Atlántica, este Martes Santo, como lo han venido haciendo desde que empezó la emergencia, las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, salieron a las calles de Colón con las manos

llenas de misericordia a entregarle ali- mentos a los más necesitados, allí donde están diariamente, en las calles.

Como suele ocurrir en las situaciones de crisis, la voluntad de ayudar a los más necesitados se impone y estas religiosas –con el cuidado recomendado no desamparan a gente en situación de calle, y hacen vida esa obra de misericordia: dar de comer al hambriento.

Como todas las mañanas, el día de la Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul inician con laudes y ordinariamen- te sigue la misa, pero ahora se preparan para salir a las calles con los alimentos que preparan adictos en recuperación, guiados por uno ya rehabilitado.

“Es una cadena de solidaridad y generosidad”, advierte Sor Sonia. Una cadena cuyos eslabones lo componen gente que donan para que otras cocinen y distribu- yan los alimentos que otros comerán.

“Los que antes asistían al comedor, ahora esperan pacientemente fuera, por las medidas sanitarias, y luego recorremos las calles buscando a los indigentes que circulan por la ciudad de Colón, nos comenta.

La Policía se agregó al eslabón de solidaridad, y ahora las escoltan y brindan apoyo durante la distribución de los alimentos, que reciben los adictos, y personas que reciclan en los vertederos.

Sor Juana Paula, Sor Carolina, Sor Gloria, y Flor María, forman parte de esa cadena humana de solidaridad y generosidad, y de muchas personas y entidades 

anónimas que se dedican a servir a los demás, en especial a los más necesitados.

MIÉRCOLES SANTO/ VICARIATO DE DARIÉN

Orando y actuando. Así se le puede a ver la misionera laica consagrada, Clara Meza, junto a las hermanas Melinda Rooper, Jocelyn Fénix, religiosas Maryknoll, y los sacerdotes Eric Fernández y Gustavo Rivas.

El Miércoles Santo, al igual que todos los días este equipo no ha dejado de atender sus responsabilidades propias, y la atención a los migrantes, incluso en medio de la situación de pandemia, to- mando las medidas sanitarias exigidas por las autoridades.

La misionera Clara Meza, recuerda la

liturgia de la Palabra de este día, que nos ubica en la mesa de la última cena. Jesús padece amargamente la traición de parte de Judas. Y a Clara le surge la pregunta: “Seré yo Señor quién te traicione; quién no reconozca a mi hermano en el migrante?

Y es que esta misionera conoce la realidad que viven 2000 migrantes de la estación de Peñita y Bajo Chiquito en Darién, que no pueden seguir su camino hacia Estados Unidos, y están anclados en nuestro país.

“Se ven afectados de la misma manera que todos por esta emergencia de salud pública”, expresó tras agregar que “nuestra respuesta cristiana a esta población se complica por las medidas sanitarias, pero no están solos”.

El equipo ha continuado – quizás no con la misma regularidad- la atención al hermano migrante. “Nos piden con todo el derecho que nos quedemos en casa para no enfermarnos ni enfermar a otros, pero Dios nos pide acoger al forastero, acoger a quien es distinto, y acompañar a quien busca la vida”, la laica consagrada.

Como bien lo ha expresado el papa Francisco: “Estamos todos en la misma barca y somos llamados a remar juntos”, dijo al invitar “a activar la solidaridad, capaz de dar sentido en estas horas en las que todo parece naufragar”.

SOLIDARIDAD. Salen a las calles de Colón a llevar esperanza.

JUEVES SANTO/ ARQUIDIÓCESIS DE PANAMÁ

Con la Misa del Jueves Santo, la Iglesia comienza el Triduo Pascual. El Arzobis- po de Panamá, Monseñor José Domingo Ulloa, la celebró en el Seminario Mayor

San José, y en este marco anunció que el clero Arquidiocesano dona el estipen- dio del mes de abril que cada uno recibe, para apoyar las obras de caridad de Pas- toral Social-Cáritas, dirigida a los más necesitados.

Y en su homilía recordó que el Jueves Santo se celebra la misa de la Cena del señor, y se conmemora la institución de la Eucaristía, el sacramento en el que se renueva el orden sacerdotal.

“Esta Cena nuestra se inscribe no en el pasado de aquel año en que Jesús murió y que recordamos, sino en la perenne presencia de un misterio que se actualiza en cada Eucaristía y da sentido a nuestra vida”, dijo el Arzobispo.

Con firmeza señaló que “hoy es el día del año más oportuno para reflexionar sobre la misa, su naturaleza y su importancia”, y dijo que sin Eucaristía no se puede vivir.

“Cuando llegue la muerte todas esas comuniones, que han asimilado a Cristo resucitado, serán en nosotros semilla de vida eterna en la resurrección”, agregó para referir la importancia de la Gracia de la Eucaristía.

Citando palabras del San Óscar Arnulo Romero dijo a los sacardotes: “Hoy todos nosotros renovamos el ser la voz de los que no tienen voz, y microfono de Dios”.

Debido a la crisis sanitaria, este Jueves Santo no se realizó la Misa Crismal ni el rito del lavatorio de los pies.

Los fieles pudieron experimentar la conmemoración cristiana de la Pasión sin salir de casa, siguiendo la transmisión por FETV y Radio Hogar.

 

https://youtu.be/2qb69Ft0o4E