El femicidio es un delito prevenible

El femicidio es un delito prevenible

El estudio “Femicidios 2020 Panamá” es un proyecto auspiciado por International Center for Journalists (ICFJ), que recoge datos recopilados por el Ministerio Público, complementados con datos publicados en reportajes de medios de comunicación.

Julia González Mojica

Las cifras del Ministerio de Público, emitidas por el Centro de Estadísticas, detallan que en el 2020, el año de la pandemia por COVID-19, 31 mujeres murieron a manos de sus parejas. Un año que trajo luto a muchos hogares.

SEÑALES DE ADVERTENCIA

Una joven madre relata cómo ella pudo salir del cuadro de violencia que vivía con su esposo. A pesar de que lo ama, está consciente que la separación era el camino adecuado.

María Luisa (nombre ficticio) cuenta que “cuando inicié mi relación de noviazgo no existían conductas agresivas, pero si recuerda que su novio en ese momento se autoflagelaba (consiste en hacerse un daño físico a sí mismo). Además, a él le costaba hablar de sus sentimientos y demostrarlo en su totalidad.

“Fuimos a terapia de pareja por 6 meses y eso nos ayudó mucho. Después de 3 años de noviazgo nos unimos en matrimonio, nos mantuvimos como una pareja normal, trabajamos, asumimos los gastos de la casa y asistíamos a la Iglesia”, dice.

Y agrega: “Dos años después nació nuestro primer hijo. Al pasar el tiempo empezaron las discusiones y alejamiento entre nosotros. Manejamos la relación tan mal que cada uno le contaba su parte a la familia y empezó a crear fricción entre ambas”.

Según cuenta María Luisa “la relación colapsó al momento que no quise escucharlo, le  apliqué la ley del hielo. En una ocasión que intentaba que le hablara, mi esposo me apretó muy duro, traté de escapar de él, y en medio de eso, me caí y golpié”.

Esta joven acudió a las instancias “e interpuse una denuncia por violencia doméstica. Hoy seguimos separados, pero nuestra relación ha mejorado, por el bien de nuestro hijo”.

ESTADÍSTICAS. En Panamá, en el 2020 se contabilizaron 31 femicidios, la cifra más alta de los últimos seis años.

LA OPINIÓN DE LOS EXPERTOS

La violencia de género es el instrumento del agresor para anular la personalidad de la mujer. Consultamos a especialistas en el tema, un ex jefe de homicidios de la Dirección de Investigación Judicial (DIJ) de Coclé, a la psicóloga del Centro de Orientación y Educación Familiar (COEFAM) y a la Directora del Centro de Salud Mental en Panamá.

Para el Abogado Osman González, Capitán Jubilado de La Dirección de Investigación Judicial (DIJ), para bajar el alto índice de femicidio, “la oficina del MIDES  debe llevar un control y seguimiento de las víctimas, y mantener un archivo de los agresores y su ubicación”.

González considera, además, que denunciar la violencia que sufren es cómo deben actuar las féminas. Añadió que “se ha logrado un avance significativo y ellas han perdido el miedo a denunciar”.

El abogado González considera que se debe prestar atención durante el noviazgo, “es una etapa de relación efímera, donde solo conocemos las cosas buenas, y no sabemos en fondo las reacciones adveras”.

La hermana Angelina Mitre, psicóloga con especialización en Orientación Familiar y Terapia de Pareja en el Centro de Orientación y Educación Familiar (COEFAM), explica que “en el caso que la persona está en una situación de maltrato físico y emocional muy fuerte, ya presenta una historia de situaciones recurrentes, se le pide que vaya y ponga una denuncia, porque es importante que intervengan las autoridades, porque puede estar en peligro su vida.

 Luego de ese proceso -explica- “nosotros seguimos acompañándola, además es importante que ella  conozca de sus derechos”.

La doctora Juana Herrera, directora del Instituto Nacional de Salud Mental (Insam), expresa que “en Panamá hay que hacer educación desde los primeros años de vida tanto a niñas y niños. Desde este periodo podemos hacer cambios importantes en valores y actitudes frente a la violencia en cualquiera de sus formas, pero en especial  la violencia hacia la mujer.

Mujer valórate, libérate y cumple las promesas en tu vida… por ti y tus hijos. Nunca estarás sola.

De igual forma, la doctora Herrera considera que “el noviazgo es una de las etapas fundamentales que le puede permitir a  la pareja conocerse y ver sus reacciones, sus vínculos con su familia, cómo actúan”.

Herrera añade que el noviazgo “es un periodo importante en la vida de la relación de las parejas, cuando determinamos que una relación no es sana y qué puede generarle problemas en el futuro de tipo de violencia”.

Habitualmente hay una carencia afectiva, una falta de apego que las personas entonces aceptan este tipo relación, pero no saben y no pueden comprender el daño que este tipo de vínculo le va a causar en el futuro no muy lejano.

HERRAMIENTA. La violencia de género es el instrumento del agresor para anular la personalidad de la mujer.

SIGNOS DE UN AGRESOR

La directora de Insam, Juana Herrera, reconoce que “debemos  ir rompiendo la normalización de la violencia”.

Frases como “ella se lo buscó; le gusta que le peguen; en pelea de marido y mujer nadie se debe meter… todos estos preconceptos hay que ir cambiándolos”, subraya.

Factores que habitualmente la pareja dominante controla son: “las relaciones de familia, las relaciones de amistad, el teléfono, la forma de vestirse, de maquillarse, cuando sale, con quién sale, incluso cuando ya lleva un cierto tiempo comienza a cuestionarle, a decirle palabras desvalorízantes y estos son mensajes importante que uno debe ir viendo para evitar continuar con una relación.

Tenemos que romper ese mito que dice “porque me cela, me ama”, resaltó Herrera.

Las mujeres están rompiendo el silencio, se habla más del tema, las redes sociales y los medios de comunicación ayudan invaluablemente, los movimientos femeninos tienen mucha incidencia pública y se insiste en la educación sobre las señales de alerta y de las instituciones que pueden brindar su apoyo, y las campañas  de sensibilización.

El año 2020 fue un periodo muy atípico. La pandemia cambió toda la vida de los ciudadanos, la cuarentena, el aislamiento, el distanciamiento físico, la situación económica influyó de forma muy marcada en la conducta y las emociones, siendo un factor desencadenante para la agresión hacia la mujer.

Sin embargo, la doctora Herrera explica que “los ofensores ya eran agresivos antes  de la pandemia,  lo que está situación vino a agravar esta condición que afecta  a las mujeres  de manera importante”.

CICLO DE VIOLENCIA

Este ciclo está constituido por tres etapas:

Fase I: «De acumulación de tensión»

Aquí se dan pequeños episodios que llevan a roces permanentes entre los miembros de una pareja, con un incremento constante de ansiedad y de hostilidad.

Fase II: «Del golpe»

Esta es la etapa en donde la mujer, frente al golpe, lleva a cabo la denuncia judicial. La violencia física se convierte en un detonador y es por eso por lo que intenta poner fin a esta crisis.

Fase III: «De idealización o luna de miel»

Finalmente se produce el arrepentimiento por parte del él. La mujer lo perdona y vuelve a creer en su pareja debido a su escasa capacidad de poner en palabras lo que siente y piensa. Frente a tal comportamiento, la mujer deja sin efecto la denuncia.