Mientras las amenazas de una guerra en el Oriente Medio parecen quedarse en aspavientos y nada más, la realidad de los cristianos en el área no deja de ser horrible y abrumadora.
En Irak, país que vuelve a ser escenario de malas noticias, los cristianos estaban retornando a sus casas después que ISIS fue vencido. Al menos en las llanuras de Nínive. Pero lo que está ocurriendo hoy les ha provocado nuevo miedo, pesadillas e intranquilidad.
Todo a partir del día que Estados Unidos eligió Irak para matar al general e ídolo de las milicias iraníes, Qasem Soleimani. Ya hay dificultad debido a la presencia de milicias musulmanas chiítas controlando su territorio, ahora temen un nuevo derramamiento de sangre por posibles represalias.
El Padre Benham Benoka, sacerdote siro-católico de la diócesis de Mossul, actualmente en la ciudad de Bertella, en el distrito iraquí de Al-Hamdaniya, pone sobre la mesa el pánico que siente la gente del área ante la real posibilidad de que Irak se reduzca a un territorio de guerra, un lugar a disposición para que las más grandes potencias, como Irán y Estados Unidos, luchen entre sí. Es un cuadro posible, dice.
Fragilidad
Pero no solo en Nínive la situación es frágil. El P. Luis Montes, actualmente a cargo de la Catedral de Rito Latino de Bagdad junto al P. Jorge Cortez, señaló a medios católicos que “cuanto más violencia, más inestabilidad hay, esto hace la vida de los cristianos
más difícil”.
“La guerra nos afecta a los cristianos más que los demás, porque somos menos, estamos más desprotegidos” frente a “la inseguridad, a la violencia”, dice el padre Montes.
El padre Benoka señala por su parte: “Nosotros los cristianos estamos sufriendo mucho a causa de la persecución de la cual no vemos el fin (…) hay otras fuerzas, en Nínive como la llamada “Brigada Trenta” de musulmanes chiítas shabak, que han tomado el control de la ciudad cristiana de Bartella, y tenemos que sufrir sus actos agresivos contra las iglesias y contra nuestros cristianos, especialmente contra mujeres.
Recrudece
Ante la situación, solo cabe el miedo. Para poner todo peor, el Parlamento irakí pidió la retirada de las fuerzas internacionales del país. Para los cristianos no es que represente algo peor: en las Llanuras de Nínive, apenas 24 soldados les defienden, y eso es nada.
“Tememos sobre todo que se derrame la sangre de nuestros hijos: esto nos preocupa mucho. Y como también dijo el Patriarca Sako, todos rezamos para que estas fuerzas dialoguen entre sí y lleguen a soluciones más pacíficas” y que la vía militar no sea la prevalezca, señaló.