Ronaldo Paredes
La Biblia es el libro por excelencia de los cristianos. Al inicio del cristianismo, la Biblia como la conocemos no existía, solo se encontraba lo que ahora es el Antiguo Testamento. Jesús antes de ascender a los Cielos les encomendó a los apóstoles el anuncio del Evangelio por todo el mundo (Mateo 28, 19-20) y así fue predicándose el Evangelio. Cuando surgían diferencias o inquietudes en las comunidades cristianas se acudía a la autoridad que había establecido Jesús, es decir, se acudía al papa, y toda la doctrina se manejaba a través de la Tradición Apostólica.
Las enseñanzas de Jesús fueron escribiéndose para las primeras comunidades cristianas, y se leían y compartían entre ellas. Al principio del cristianismo no había un listado fijo definido de libros y muchos de estos se confundían con otros que no eran cristianos. No fue hasta el siglo IV, en que la Iglesia con la autoridad que Cristo le dejó, se reunió para establecer el listado de los libros de la Biblia, es decir el Canon, dejando así un total de 73 libros: 46 libros en el Antiguo Testamento y 27 libros en el Nuevo Testamento. Esto ocurrió en los concilios de Roma (382), de Hipona (393) y Cartago (397 y 419). La Iglesia estuvo antes que la Biblia.
El origen de la Biblia surge de la Iglesia. Si hoy en día tienes una Biblia a mano, es gracias a la Iglesia que Cristo fundó sobre Pedro, la Iglesia Católica. Démosle gracias a Dios por este regalo que nos ha dado y meditemos sus enseñanzas a la luz de la guía de la Iglesia que él estableció.
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