Las personas, desde una edad joven, están buscando alternativas para sacar provecho a sus habilidades, talentos e incluso productos.
Por Karla Díaz
Con sólo 13 años, Natalie Home descubrió una pasión especial por la pintura. Sus padres lo notaron y desde el primer momento le apoyaron para que su técnica fuera cada vez mejor. Hoy, con 20 años, la joven cuenta con su emprendimiento personal, decidió invertir y vender su trabajo, siempre apoyada de su familia.
¿En qué momento decidió emprender?
Cuando inició la pandemia pasaba mucho tiempo dibujando y viendo contenido en Instagram sobre el dibujo. Su familia y amigos cercanos le convencieron de emprender, así que decidió iniciar su propio negocio.
“Hice una pequeña inversión en los materiales, preparé algunas canvas para tenerlos disponibles y así empezó a crecer, luego llegaron más clientes y me expandí”, dijo Natalie.
La joven se apoyó mucho en su familia ya que ellos le han ayudado bastante en todo lo relacionado con el negocio. La pintora destaca que trata de crear un horario donde pueda hacer sus tareas tranquilamente y tomarse unas horas para avanzar con alguna pintura que tenga pendiente. También promociona su tienda en la universidad para conseguir más clientes y le ha resultado muy bien.
En cuanto a los consejos que puede brindar a otros jóvenes, destaca que lo importante es atreverse y salir adelante. “Al principio puede dar miedo y ser desmotivador, pero con mentalidad positiva, buena actitud y paciencia, verán crecer su negocio, no piensen mucho en el qué dirán, así como hay personas que nada les gusta, hay muchas que adorarán su trabajo, sea lo que sea que vendan, no se dejen influenciar por malos comentarios de los demás”, puntualiza la joven emprendedora.
Desde su experiencia en los procesos de capacitación y acompañamiento, Emérita González, abogada y asesora de mujeres emprendedora, destaca que emprender implica descubrir cuál es nuestra pasión, tener visión en lo que haces, fomentar el liderazgo y fortaleces las habilidades blandas como tener paciencia, poder trabajar en equipo y fortalecer los valores.
Aunque el tema del emprendimiento no tiene una edad específica, por supuesto que un joven puede ser emprendedor. “Cuando se inicia desde una temprana edad, la receptividad que tienes hacia el tema del trabajo se da con mayor facilidad, hay más visión y habilidades, tienes esa chispa de los años, la energía, y eso permite que el joven tenga más apertura y permanecer más tiempo”, destaca la experta.
Es que no es tan fácil mantenerse en el proyecto de emprendimiento, pero cuando eres joven vas más allá, destaca Emérita, señalando que hay mucha más confianza, el joven sabe que lo puede lograr y eso es muy positivo.
“Por ser joven tomas más rápido las decisiones, tienes más ideas, eres creativo y eso te ayuda a cumplir tus objetivos y metas. El ser joven te permite construir con más tiempo y tener más tiempo de corregir los errores en el camino”, puntualiza.
El apoyo de la familia es muy importante
En el tema del emprendimiento juvenil, hay muchas herramientas para apoyar, de hecho, en Panamá, asegura González hay organizaciones que se están fortaleciendo para que los jóvenes puedan construir y ser emprendedores.
Pero hay un pilar fundamental y es la familia. “Hay que inculcarles desde niños habilidades para que puedan trabajar y que tengan una personalidad que los lleve más adelante a ser emprendedores. Planificar sus actividades, sus juegos, ayudarlos, el decirle porqué lo hacen, todo eso los ayuda a tomar mejores decisiones en su vida”, señala la asesora.
Para González, otro punto importante es observar en grupos juveniles y dentro de la comunidad, el tema de las capacidades y habilidades porque a veces los jóvenes quieren decirnos cosas, quieren aprender y muchas veces no le estamos prestando atención.
