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Espiritualidad litúrgica

Espiritualidad litúrgica

La liturgia debe ser el centro de la vida espiritual de todos los bautizados. Lo que se busca es una espiritualidad insertada en el misterio de Cristo. El Concilio Vaticano II nos recuerda que la liturgia es el ejercicio del sacerdocio de Cristo; es el lugar privilegiado del encuentro de los cristianos con Dios.
La comunidad es el sujeto de la celebración. La celebración no es propiedad de nadie sino que se construye con la participación y el compromiso de cada uno. Por tanto, el ministro ordenado no es el único protagonista, sino que todo el pueblo lo es.
La liturgia como fuente de la vida espiritual, significa que toda la vida espiritual del cristiano debe estar fundamentada y encontrar su alimento en la celebración de la liturgia. La liturgia es la espiritualidad propia de la Iglesia.
La liturgia es la actualización para la vida de la acción salvadora de Jesucristo. En ella se hace realidad de una manera eficaz la salvación prometida y anunciada por la Sagrada Escritura.
En la liturgia, la vida cristiana se nutre de la Palabra y de los sacramentos que la van transformando; y se ve vigorizada por la oración. La liturgia es la primera e indispensable fuente del espíritu cristiano y que posee la máxima eficacia para la santificación. Es en la asamblea litúrgica donde los creyentes deben vivir la experiencia de la comunión eclesial, superando la tentación del aislamiento y mostrándose solícito de las necesidades de los demás por medio de la caridad.
No se puede concebir una vida cristiana que se sitúe fuera o al margen de la liturgia. El lugar donde el cristiano debe incorporarse a Jesucristo y asumir su misterio de salvación es la celebración litúrgica. La liturgia no es una forma de espiritualidad junto a otras, sino la espiritualidad del cristiano.
Para que la liturgia sea realmente el centro de la espiritualidad del cristiano, en el momento presente es necesario optar decididamente por la “mistagogía”. La mistagogía consiste en la explicación oral de toda la significación implícita en lo que se está celebrando a través de una exposición que invita a la reflexión y a la vivencia profunda. La catequesis mistagógica, partiendo de la acción, de los signos (palabras, acciones, ritos), expone su significado para que los fieles capten su sentido profundo, la realidad invisible de que son portadores.
La catequesis y la pastoral tienen que hacer patentes todas las potencialidades espirituales contenidas en la liturgia y hacer una mistagogía adecuada. Una catequesis y una pastoral que no llevaran a una participación más intensa en la liturgia olvidarían uno de sus objetivos más importantes.