En el matrimonio, la habilidad para comunicarse es fundamental para que la relación sea estable y feliz. Se necesita que haya una persona que tenga algo que decir y otra que escuche el mensaje. No obstante, también interfiere lo que se conoce como “estorbos de la comunicación”, uno de ellos es la falta de claridad en el mensaje.
Piense qué es lo que quiere decir y cómo lo va a decir. Cuál es el mejor vocabulario que puede usar con la persona con quien se quiere comunicar. Recuerde que el fin es darse a entender para que el otro pueda responder a nuestra necesidad expresada.
Si una persona se está sintiendo poco apreciada, ese sentimiento va a afectar cómo transmite o escucha lo que su pareja le quiere decir. Por eso, si la pareja le responde mal ante una simple pregunta, pregúntele con preocupación, ¿qué te pasa? ¿Te sientes bien? Procure igualmente no tratar de resolver problemas o expresar su parecer cuando se encuentra en un estado alterado. Espere a que la adrenalina desaparezca de su cuerpo y cuando ya se sienta más calmado, inicie de nuevo la comunicación.
Fíjese cómo dice las cosas. No es lo mismo hablar con un tono despectivo o a gritos que empezar con amabilidad. El tono de voz y la acentuación ayudan a crear el ambiente adecuado para que se dé la comunicación. Hay quienes se intimidan con ciertos tonos de voz.
La actitud negativa de quien escucha: Para tener éxito en la comunicación, la persona con quien quiere comunicarse tiene que querer comunicarse. Es preferible esperar hasta que dicha persona quiera conversar.