El mundo mediático comercial nos llama a ser protagonistas, a darnos a conocer como personas influyentes y ganar fama gracias al talento que tenemos. En el ámbito eclesial, es todo lo contrario. Hay muchos jóvenes que pertenecen a grupos juveniles que tienen el talento de comunicar o pararse frente a una cámara sin problema. Poner a disposición de la evangelización este don es un regalo, ya que hoy necesitamos de personas valientes que deseen proclamar la Buena Nueva desde los medios convencionales y digitales. Sin embargo, un llamado de atención necesario nos invita a darnos cuenta de que ser comunicadores católicos no es una labor que nos debe motivar a ganar fama, seguidores y mucho menos un reconocimiento público. El verdadero protagonista de todo es Jesús, nosotros somos ese instrumento que Él utiliza para dar a conocer su mensaje y poder llegar a muchas personas. Se necesitan jóvenes con energía, conocimiento y ganas de hacer líos que tomen el micrófono, la cámara y su creatividad para evangelizar. Ya sea que te guste grabar, editar, salir en cámara, escribir, tomar fotos o ser presentador o locutor, estás llamado a tomar ese hermoso talento que Dios te ha dado para proclamar la Buena Nueva. Recuerda: joven evangeliza a joven y es nuestro deber como jóvenes católicos de dejar el miedo a la exposición o a los comentarios negativos para presentar una propuesta diferente, contenido sana y edificante y mensajes positivos que la sociedad trata de opacar día a día con sus programas vulgares o su contenido poco productivo que incita a la moda del mundo. Entonces, ¿te sumas a hacer líos a través de los medios de comunicación?
Evangelizar por los medios
