La iglesia católica panameña se consolidó una vez más como mariana, cuando el pasado sábado 25 de marzo se congregó para recibir nuevamente en la arquidiócesis, a la imagen peregrina de la Virgen de Fátima. Varios momentos marcaron esta celebración que reunió a miles de fieles para la consagración de las familias al Inmaculado Corazón de María.
El primer llamado se hizo en el Santuario Nacional; allí acudieron cientos de personas que participaron de una hermosa Eucaristía presidida por el Arzobispo de Panamá, Monseñor José Domingo Ulloa, quien en su homilía destacó la importancia de la fiesta de la “Encarnación del Señor” que se celebraba ese día, diciendo que, como Isabel, debemos clamar ¿quiénes somos para tener a María como Madre?… y pensar como aquellos tres niños que estuvieron dispuestos a realizar su misión, aun sabiendo que no sería fácil, que tendrían que sufrir y aceptar muchas responsabilidades.
“María le dijo a esos niños una gran verdad, pues en la tierra tendrían que sufrir pero tendrían al final la felicidad eterna en el cielo; hoy nosotros debemos captar ese mensaje de Fátima y aplicarlo a nuestra realidad”.
Agregó que cada uno de nosotros trae una misión, y precisamente por eso la Iglesia lucha por la vida y celebra además el Día del Niño por Nacer… “que nadie pueda acabar con la vida”, recalcó Monseñor.
También reflexionó sobre la figura de María diciendo que fue la primera creyente, discípula, y que desde los inicios del cristianismo y evangelización en estas tierras latinoamericanas, la Iglesia ha fijado su mirada para alcanzar su perfección total y para abrir su corazón a todos los que andan en busca de la verdad, a través de la imagen de María.
“Es imposible que alguien diga amar a Jesús y no termine amando a María, pues en el corazón de Jesús encontrarás siempre a su Madre, lo que la convierte en un modelo de vida cristiana”, indicó Ulloa.
Para finalizar, invitó a los fieles a sacar el arma de la cual la Virgen de Fátima les habló a los tres pastores para vencer el mal, que es el Santo Rosario. Luego partió la caravana por importantes calles de la ciudad.
Al llegar a la Iglesia Nuestra Señora del Carmen de Vía España, niños, jóvenes y adultos la recibieron con globos y pancartas. Así mismo en la Basílica Menor de Don Bosco, en donde con emoción y hasta lágrimas en los ojos, la feligresía le recibió.
El pueblo la esperaba
Al transitar por la Cinta Costera, era inevitable ver la gran cantidad de personas vestidas de blanco caminando desde diferentes puntos. El Parque Anayansi les esperaba para vivir un momento histórico, el recibimiento de una de las 13 réplicas de la imagen de la Virgen de Fátima que visitó suelo patrio, y que reafirmó la fe y el amor del pueblo panameño por la Madre de nuestro Señor.
Desde tempranas horas de la tarde, adultos, jóvenes y niños llegaron al lugar. Dos tarimas evidenciaban la importancia del evento que se realizaría. A eso de las 5 de la tarde empezó la animación; cantos, bailes y alabanzas prendieron el ambiente festivo en el lugar, mientras en el Santuario Nacional se preparaba la salida de la caravana que acompañaría a la imagen de nuestra Señora.
La gente ansiosa esperaba el momento. Una cadena humana con globos y pañuelos se desplazó a lo largo y ancho de la calle; varios vehículos sonaban sus bocinas en apoyo a la feligresía. La curiosidad de algunos turistas les hizo acercarse para preguntar qué pasaba… “Estamos esperando la imagen de la Virgen de Fátima”, respondían los fieles.
Otros se acercaban para contarnos sus testimonios; con lágrimas relataban lo que la Virgen ha hecho por ellos y lo importante de esta oportunidad para agradecerle su intercesión ante Jesús en cada momento de dificultad.
“La Virgen me ha acompañado en los momentos más duros de mi vida; cuidó de mi embarazo y fue mi soporte en momentos difíciles de mi vida. Hoy le agradezco todo lo que ha hecho por mí y por mi familia”, señaló Patricia Gaspar.
Un Rosario gigante hecho con globos fue uno de los íconos de la tarde. La Pastoral Familiar de la Arquidiócesis preparaba todo para la llegada de la imagen de la Virgen, que finalmente hizo presencia en el lugar a eso de las 7 de la noche.
Sí, somos un pueblo mariano; aplausos y gritos de alabanza se hicieron notar tras la entrada de la imagen que pasó entre la multitud, una multitud de fieles que añoraba sentir su tierna mirada de cerca.
Ya en la tarima, la imagen de la Señora de Fátima fue coronada por el Arzobispo de Panamá, Monseñor José Domingo Ulloa. Los Amigos de Jesús y María, agrupación integrada por niños, realizó un drama sobre el relato de las apariciones de la Virgen, hecho que se registró en 1917.
Un Rosario Meditado también se rezó en el lugar; destacamos la intervención de un grupo de jóvenes para el rezo del primer misterio en el que se puso en manos de la Virgen la realización de la Jornada Mundial de la Juventud 2019 que le corresponde organizar a nuestro país.
Finalizado el Rosario, los presentes procedieron a encender sus velas para el inicio de la procesión de las luces. La imagen recorrió el lugar y los fieles reflexionaban con sus cirios en mano, la entrega, el compromiso y la importancia del Sí de María, esta vez bajo la advocación de Fátima.
Terminada la procesión, la imagen de la Virgen se dirigió al área de La Chorrera, en donde gran cantidad de personas la esperaban.