El pasado miércoles 24 de mayo se realizó la V Cena de Gala, organizada por el Vicariato Apostólico de Darién, a beneficio de las obras de evangelización de los misioneros de la provincia.
Fue una noche llena de sorpresas y de hermosas presentaciones folclóricas y típicas de la región. Los jóvenes brillaron a través de los bailes y danzas que brindaron a todos los presentes.
Autoridades de la Iglesia se hicieron presentes; Monseñor Andrés Carrascosa Cosso, Nuncio Apostólico, dio unas palabras de agradecimiento y de ánimo por todo el trabajo que se ejecuta a través de las misiones en esta región del país.
El Pastor del Vicariato, Monseñor Pedro Hernández en su intervención dio las gracias a todos los que a lo largo de estos 5 años han acompañado y colaborado con la labor evangelizadora a través de esta actividad.
“La obra es grande y los obreros son pocos; nuestra labor en una área extensa como lo es Darién tiene dificultades de todo tipo, por eso actividades como éstas son fundamentales para que las comunidades cristianas reciban bien lo que se merecen como verdaderos hijos de Dios, sobre todo, los pequeños y abandonados de las regiones más lejanas”, dijo.
Compartió que aunque el Vicariato se siente por momentos a punto de desfallecer por la realidad económica tan precaria, poco a poco van logrando llenar espacios de evangelización. “Este año hemos iniciado con la presencia de 9 laicos misioneros de Costa Rica, Honduras, Colombia y del mismo Darién; y la semana pasada tuvimos la visita de dos religiosas de la Congregación del Cenáculo Dominicano, quienes se fueron muy inquietas con el deseo de volver pronto para prestar su servicio misionero en la Zona de Agua Fría”, destacó.
Habló también de los retos, ya que se acrecienta la necesidad económica para dar una mejor respuesta a los fieles. “De ahí la necesidad de contar siempre con su valiosa colaboración, para no apagar el ímpetu misionero de muchos hermanos y hermanas, y también para poder mantener a nuestros misioneros.
Resaltó la experiencia misionera de las Hermana Lauritas en la zona Sambú, al igual que la del Presbítero Jhason Caicedo de origen colombiano, quien se ordenó para el Vicariato en marzo pasado.
Habló también de la labor de las Hermanas Salesianas que trabajan en El Real de Santa María La Antigua, quienes han tratado de llenar un vacío muy grande, como es el de crear un internado para las chicas del área indígena del Alto Tuira, para que puedan concluir sus estudios secundarios y se promocionen mejor en la vida.
La realidad de Darién es como una cajita de Pandora, pues cada vez que se abre surgen nuevos retos y nuevas interpelaciones, por lo que el Obispo pidió que no se olviden de ellos, ya que con el apoyo de todos, crecen las proyecciones de evangelización en estas tierras.
En Darién ya cuentan con 7 sacerdotes diocesanos, pero hacen falta muchos más, pues las distancias entre comunidades son muy grandes y se dificulta cubrir bien las áreas de evangelización, ya que no se cuenta con los caminos de penetración necesarios y los medios de transporte son las piraguas, pangas y vehículos, donde pueden llegar; todo lo demás se hace a pie.