Gratuidad del amor hacia el enfermo

Gratuidad del amor hacia el enfermo

Una de las crisis más fuertes que vive el ser humano es cuando debe enfrentarse a la enfermedad o al ver cómo un ser querido se va debilitando producto de un padecimiento.

En ese tránsito, la mano de Dios lleva a laicos, sacerdotes y religiosas a practicar la gratuidad, a través de la atención al enfermo.

Evangelizada por los niños

Amable y con facilidad de palabra, Laura Guerra, nos cuenta su experiencia como voluntaria en el Hospital del Niño.

Su caminar inició hace diez años cuando hizo el programa Escoge en la Basílica Don Bosco, en el que adicional a lo que pide el propio programa, los jóvenes participantes deben unirse a un apostolado.

Dichosa por lo que hace y para quien lo hace, esta joven reconoció que le gusta servir en el hospital, donde el enfermo siempre termina dándole más de lo que ella les puede dar.

Expresó que en el caso de los niños, ellos no están conscientes, quizás de lo que es la muerte o la enfermedad y solo están afligidos al estar por ejemplo, con fiebre.

“Al niño siempre tú le preguntas como se siente y te dice bien, a pesar de lo que esté pasando”, relató.

Entre esas historias destaca la de un infante al que ella conoció cuando él era paciente en cuidados intensivos. En esa ocasión, ella participó de una posada, e inusualmente les dejaron pasar a esa sala, allí estaba el pequeño, totalmente vendado y pensó que había sufrido un accidente, pero la realidad era otra. Él chicuelo que es diabético tras haber cometido la travesura de comerse un dulce, su padre le dio tal golpiza que casi le cobra la vida.

Tras pasar un largo proceso empezó a reaccionar, y le empezaron a bajar a Misa, mostrando su alegría de vivir. Actualmente es hospitalizado cada cierto tiempo, debido a la diabetes y a las secuelas de la agresión.

Entre Laura y el menor se ha creado tal empatía que entre risas nos cuenta que el pequeño ha llegado a decir a otros niños… saben algo, cuando yo estaba chico ella era mi novia, pero ahora somos amigos – a lo que le ha contestado – yo pensé que era tu mamá, y que él con gran sagacidad, le responde: eso también, es que hemos tenido varios roles.

No solo se acompaña al pequeño sino también al padre de familia que encuentra a Dios en el sufrimiento.

Así fue el caso de una pequeñita que vivía con insuficiencia renal y un tumor cancerígeno. El padre de la niña murió ahogado y uno de sus hermanos también falleció. Su madre ahora debía ver a su hija recibir tratamiento de diálisis.

Tras asistir a la misa, la madre de la pequeña se le acercó para decirle que su hijita quería ser bautizada, al igual que ella. Al tiempo la niña recibió el sacramento, siendo ya su situación de salud muy crítica y al poco tiempo murió.

De todas estas experiencias de vida, Laura ha tenido muchos aprendizajes, entre ellos que la muerte es un proceso que todos viviremos; que debemos siempre dar lo mejor de nosotros en esta tierra y el saber que en este proceso Dios está contigo.

Afirmó que en la enfermedad hay personas que encuentran a Dios, y uno de los momentos más bellos es cuando escucha a un padre o madre acercarse para pedirle al Padre que les confiese, que quieren recibir a Cristo, o piden la unción de los enfermos,

“El Hospital es una fuente de agua viva, que espera por los hermanos que sirvan, es acompañar a una persona en uno de los momentos más difíciles de su vida”, concluyó.

Siervas de María

Bajo la espiritualidad y el carisma dado por el Señor a través del Espíritu Santo de servir a los enfermos, las Siervas de María llevan 83 años de prestar este servicio en Panamá.

Entre sus lemas está: El amor que vigila siempre de noche y que es que estas ministras servidoras de los enfermos acompañan a personas que padecen, y van más allá, porque les acompañan en su fase terminal, cuando están próximas a encontrarse con el Señor, pasando sus noches con ellos.

¿Para nosotros qué significa una noche de vela con los enfermos?, es estar contemplando a Cristo crucificado. Nosotros vemos en ellos el reflejo de Jesús, que sufre en la cruz, y de María quien es salud de los enfermos, nos cuenta sor Norma Venesela Ortega de las Siervas de María

Indicó que María es su referente, al verla como prototipo, que invita a estar allí velando al pie de Jesús.

Sor Norma puntualizó que han visto muchas conversiones y gente que de verdad en el último momento de su vida voltea la mirada a Dios, y Él les salva.

Para esta misión encomendada por Dios las Siervas de María se preparan viviendo en oración con intensa vida interior.

Las Siervas de María hacen esta obra de misericordia por amor. “Nosotros no cobramos, gracias a Dios estamos abandonadas a la Divina Providencia”, acotó.