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Indígenas de Panamá y Costa Rica reafirman 45 años de Sinodalidad

Indígenas de Panamá y Costa Rica reafirman 45 años de Sinodalidad

Misioneros de las áreas Ngäbe, Buglé, Naso y Bribrí conmemoraron 45 años de la primera reunión celebrada en 1979, un trabajo que está profundamente arraigado en la justicia social.

 

Por Betzaida Toulier U. 

Los Pueblos Indígenas establecen una nueva agenda centrada en la defensa de la tierra, la lucha contra las injusticias y la formación de líderes laicos, tras la celebración del XXIV Encuentro de Misioneros de las áreas Ngäbe, Buglé, Naso, Bribrí.

Bajo el lema “Pueblos Indígenas: caminando en esperanza para un mundo mejor posible”, 70 agentes de pastoral, obispos, sacerdotes, religiosos y laicos de Panamá y Costa Rica se reunieron en Isla Colón, Bocas del Toro, para participar en el encuentro.

El evento, que se llevó a cabo del 20 al 24 de octubre de 2025, congregó a delegaciones de la Prelatura de Bocas del Toro, la Diócesis de David y la Diócesis de Limón (Costa Rica). 

 

La Iglesia valora la gran riqueza y caminar de los pueblos indígenas.

 

La diversidad, fuente de esperanza   

En el comunicado final del encuentro, los participantes se enfocaron en la necesidad de fundamentar su caminar en sus culturas y el Evangelio, recordando la sabiduría ancestral de los abuelos en sus luchas y resistencias. 

El documento citó la denuncia histórica de aquel primer encuentro de 1979: “Somos testigos del clamor y el grito del pueblo indígena que sufre, que demanda justicia, libertad y respeto a sus derechos fundamentales, como seres humanos y como pueblo”.

 Los delegados reafirmaron que estas angustias y dolores continúan siendo un “pecado social” (término usado por los obispos en Medellín y Puebla), destacando que, como se consignó en un encuentro reciente en Darién, “si no caminamos juntos, no podemos ser verdaderos pueblos; si no compartimos los frutos de la madre tierra, no podremos tener vida verdadera”.

 

Compromisos concretos

Con el fin de avanzar hacia un “mundo mejor posible”, los miembros de las tres diócesis establecieron compromisos concretos, como continuar el trabajo en la espiritualidad propia, así como mantener las luchas contra las injusticias y los atropellos de los gobiernos; además, fortalecer la organización comunitaria y la defensa de la tierra y las culturas.

También se comprometieron a profundizar en el servicio humilde y cercano a las comunidades, siendo amigos de los más necesitados, buscando la mejor formación posible para un servicio efectivo.

El padre Jorge Sarsanedas, participante del encuentro, recordó que hace 45 años inició este caminar. “Algunos ya no están entre nosotros, otros viven aún, pero el peso de los años no les permite participar. Hay algunos que siguen y, sobre todo, hay gente nueva que toma el relevo y continúa”, dijo.

 

Temas  pendientes

Para el padre Sarsanedas, hay temas que, lamentablemente, son repetitivos: la denuncia por la discriminación hacia los pueblos originarios; la exigencia de respeto a los idiomas y culturas propias; el rechazo a la explotación de macroproyectos (minas y otros); las políticas de los gobiernos que no les interesa el futuro de los estos pueblos, etc.

“Pero la esperanza prevalece y por eso seguimos reuniéndonos, proponiendo acciones concretas, defendiendo lo nuestro, con la fe puesta en Jesús y el Espíritu que Él nos da en nuestras ceremonias, historias, ritos y oraciones”, acotó.