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Jesús inicia en Galilea

Jesús inicia en Galilea

Herodes, quien gobernaba Galilea, ordena detener a Juan el Bautista. Entonces, Jesús inicia su misión, recorriendo todo el país, predicando con energía que se arrepintieran, porque estaba cerca el Reino de Dios y de todas partes acudían gentes para escucharlo.

Los milagros y expulsión de demonios confirmaban sus palabras: todo le salía bien a Jesús en esos comienzos; era una nueva primavera para Galilea. ¿Cuánto duró esta primavera? No se sabe, pero los Evangelios sinópticos resumen lo esencial de los dichos y hechos de Jesús anteriores a su Pasión.

Para Marcos y Lucas que escriben para paganos, la predicación central y fundamental de Jesús es el Reino de Dios; y Reino de los cielos, para Mateo que se dirige a los judíos, que no se atrevían a pronunciar el nombre de Dios.

Cuando Jesús sale de Nazaret, en el año 28 o 29, el prestigio del pueblo judío, dominado por Roma, está muy bajo y la expectación de ese Reino de Dios está muy viva, basada en la esperanza de liberación política, que traiga prosperidad y bienestar material.

Jesús va proponiendo con sencillez que el Reino es algo nuevo y va en la línea anunciada por los profetas: “se ha cumplido el tiempo, y está cerca el Reino de Dios, arrepiéntanse y crean en la Buena noticia” (Mc 1,15). Surge entonces la interrogante del pueblo ¿qué es esto?

Al decir que el tiempo se ha cumplido, Jesús afirma que ha llegado el día de la visita de Yahvé anunciado por los profetas.

La presencia de Jesús es un evento decisivo, que confirma que el plan de Dios y las esperanzas de su Pueblo llegan a su verdadero cumplimiento.