Estructurar y cumplir un horario que se ajuste a tu rutina es fundamental, organiza tu tiempo y potencia el aprendizaje escolar.
Por Marianne Colmenárez
Inició un nuevo año escolar, un nuevo reto que debes empezar con buen pie, tratando de ser proactivo y protagonista de tú propia preparación académica.
“Un estudiante proactivo no sólo reacciona ante los desafíos, sino que se anticipa y los aborda con determinación. Cuando los jóvenes adoptan esta mentalidad, se convierten en conductores de su propio aprendizaje”, señala Catherine Huerta, coaching educativo de niños y jóvenes.
Explica que existen herramientas que puedes utilizar, no solo para economizar los esfuerzos, también te ayudará a convertirte en maestro de tu propio conocimiento.
“Con estas herramientas de estudio serán capaces de dominar cualquier desafío académico con destreza”, aseguró.
Tiempo, tesoro educativo
Para Catherine, “el tiempo es un recurso invaluable, y entender cómo utilizarlo de manera efectiva permite aprovechar el potencial oculto en cada momento de estudio”.
Recomienda crear un horario que se ajuste a tu rutina. “Deben encontrar el momento del día en el que sientan más alerta y concentrado, asignando las tareas más desafiantes a esos períodos”, expresó.
Es necesario hacer cada cosa en su momento con regularidad: clases, estudio, deporte, ocio.
Sobre el tema, el psicólogo Alejandro Carrasquilla asegura que cuando un joven estructura un horario, establece rutinas que proporciona varios beneficios: “aumenta la productividad, reduce el estrés y las distracciones, mejora la calidad del sueño, fomenta hábitos saludables, tiene mayor concentración y enfoque en las tareas académicas, mantiene un equilibrio entre el estudio y otras actividades extracurriculares o de ocio”.
Sugiere que al momento de elaborar el horario deben considerar factores como sus horas de clases, los momentos de mayor concentración, descansos regulares, actividades extracurriculares, tiempo libre y horas de sueño.
Carrasquilla destacó la necesidad encontrar un equilibrio que permita el aprendizaje efectivo sin descuidar otras áreas importantes de la vida, como el deporte, las artes, la recreación y el descanso.
¡Ordena tu zona de estudio!
Catherine Huerta señala que el entorno de estudio es el escenario donde se desarrolla tu vida académica. “Organizar este espacio y equiparlo con las herramientas adecuadas no solo fomenta la concentración, sino que también crea un hábitat propicio para el florecimiento del conocimiento”, explicó.
Asegúrate de que sea un espacio dedicado exclusivamente al estudio y personalízalo. Que sea tranquilo y te sientas cómodo.
TIPS
– Haz una revisión diaria de lo aprendido en la mañana.
– Realiza ejercicios prácticos y resuelve problemas.
– Enfócate en las materias más desafiantes dos días fijos en la semana.
– Piensa en triunfos a corto plazo y establece pequeñas metas diarias.
