“Constatamos con tristeza que la mayoría de los políticos panameños, no están al servicio del pueblo, si no que poseen intereses particulares. Muchos de los políticos son cristianos bautizados, pero su gestión y vida pública no son acordes al Evangelio”, señala parte del comunicado que hicieron público en la clausura de la VIII Asamblea Arquidiocesana de Pastoral Juvenil celebrada el domingo en la Catedral Basílica Santa María La Antigua.
“Pedimos a nuestros queridos obispos, sucesores de los apóstoles, que con la fuerza del Espíritu Santo y ante los signos de nuestros tiempos, sugieran a la clase política: Ser cercanos a todos sin excluir a nadie, ser transparentes reflejándonos el amor autentico de Dios, estar atentos a la realidad, las necesidades de los pobres, a los derechos humanos y a ser objetivos y justos, sin miedo a decir la verdad” sigue el texto correspondiente de las esperadas conclusiones.
A la celebración eucarística asistieron los 150 delegados de las distintas vicarias de la Arquidiócesis de Panamá quienes reflexionaron a partir de los resultados de la encuesta realizada a 1,400 jóvenes, sobre la realidad dentro de las comunidades juveniles; iluminados por el Evangelio, el Sínodo de los Obispos y la Exhortación Apostólica Post-Sinodal “Vive Cristo”.
Monseñor José Domingo Ulloa, arzobispo metropolitano, presidió la eucaristía acompañado de varios sacerdotes del clero arquidiocesano. Monseñor Ulloa complementó la posición de los jóvenes en su prédica referente a la libertad, ese don que libera de todas las ataduras que esclavizan.
“Seguir a Jesús es salir a la intemperie, dejarnos afectar por lo que piensan, sienten y sufren nuestros hermanos, los hombres y mujeres de este mundo. Cargar con nuestra cruz significa aceptar nuestras heridas y limitaciones, nuestros errores del pasado” afirmó el Arzobispo.
Les invitó a caminar con la mirada puesta al frente, confiando en que Dios curará todas esas heridas del pasado. Exhortó a confiar en el don de la libertad; en ese encuentro gozoso con el hermano y con el Padre que compensará con creces todo lo que hayan dejado atrás.
Sin tabúes
Los jóvenes pidieron a los sacerdotes que asignen asesores laicos que les ayuden a recuperar a los jóvenes que se han alejado de la Iglesia, colaborando en el trabajo pastoral y el seguimiento de las comunidades.
“Exhortamos a nuestros sacerdotes para que nos den mayor libertad de decisión sobre asuntos relacionados a la pastoral juvenil” expresaron en el comunicado.
También propusieron como reto eclesial integrar en los planes pastorales medios de acompañamiento para los jóvenes que sienten atracción hacia personas del mismo sexo, para esto es necesario formar, de la mano de los sacerdotes, a los líderes de las comunidades.
“Los jóvenes con atracción hacia el mismo sexo son juzgados; no existen espacios donde sean escuchados ni orientados dentro de las comunidades juveniles, ya que no se cuenta con el acompañamiento adecuado” dice el manifiesto.
En el mismo comunicado solicitan a los mismos agentes de Pastoral Juvenil dejar a un lado el tabú sobre la sexualidad y afectividad, propiciando el estudio de la teología del cuerpo, con la ayuda de especialistas que orienten a llevar una sexualidad y afectividad de manera correcta.
Grandes retos sociales
acompañar
a los jóvenes en riesgo social y de acuerdo con cada realidad apoyarnos en las instituciones ya existentes con experiencia en el campo” expresaron, mientras reconocen que en las parroquias existe recurso humano que podría atender a quienes estén en riesgo social; sin embargo, hasta el momento no han coordinado acciones con ellos. Por otra parte expresaron que la mayoría
de los jóvenes llegan por sí solos a la parroquia, pocas veces salen a su encuentro, por lo que proponen visitar las casas de la comunidad para invitarles a la eucaristía y a otras actividades en las parroquias y vicarías, enfocadas a motivar a que los jóvenes busquen a otros jóvenes.
Discernimiento y Vocación
Sobre el tema de vocación ya sea matrimonial, sacerdotal, religiosa y laical, afirman que no hay formación ni preparación; por lo tanto piden descentralizar el acompañamiento vocacional de la capital, creando un programa de formación y preparación vocacional a nivel vicarial.
“Ciertas parroquias les resulta muy difícil asistir a las actividades que se realizan en la capital” señalaron.
Ante la poca conciencia sobre el compromiso misionero aseguran que se ve reflejado en algunas comunidades que realizan misiones sin los procesos adecuados.
En sintonía plantean ofrecer formación
permanente para que todos fortalezcan su
espíritu misionero y tomen conciencia de
su llamado.
Del mismo modo, en las conclusiones demandan visitas inter parroquiales para que palpen nuevas realidades, con el objetivo de dar a conocer a Jesús especialmente a los jóvenes alejados.
Sugieren diálogos activos, paneles, debates para conocer las distintas realidades y organizar los procesos de acompañamiento en la Pastoral juvenil, por edades y experiencias de vida,
