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La catequesis a niños y jóvenes es tarea de todos

La catequesis a niños y  jóvenes es tarea de todos

A nivel de todo el Vicariato, se están haciendo grandes esfuerzos para que la catequesis tanto de primera Comunión y confirmación llegue a todos los niños y jóvenes de las distintas comunidades para poder llevar a cabo un proceso evangelizador más integral y que pueda ayudar a dar sentido a la vivencia cristiana de la juventud darienita. En La Palma la catequesis está animada y asesorada por la hermanas de MARYLAN, que convocan y coordinan a las catequistas en la tarea evangelizadora de los jóvenes y los niños.
Ellas tienen la responsabilidad de animar a los catequistas de la zona, dándoles formación y apoyando con materiales para que puedan llevar a cabo la misión en sus respectivas comunidades.
Esta labor catequética requiere de un trabajo en conjunto y de manera coordinada, pues las distancias, el no contar con el material adecuado y la falta de laicos que se comprometan y lleven a cabo esta tarea en sus comunidades, hace que la catequesis en la mayoría de las zonas misioneras avance pero no de la forma que se desea.
Aunque son pocos los frutos que se pueden ver en estos años, la evangelización va caminando; muchas veces este trabajo es silencioso y pasa desapercibido y se requiere un talante espiritual y sobretodo mucha paciencia, pues la experiencia cotidiana es siempre volver empezar, siempre estar buscando evangelizadores y nuevos catequistas; muchos de ellos por situación de trabajo o por otras realidades emigran a otras comunidades o a la ciudad capital.
El esfuerzo es grande, primero porque muchos de los catequistas sobre todo de los pueblos afros y campesinos son personas mayores y muchos de ellos cansados, pero lo hacen con alegría.
De igual manera sucede en las comunidades campesinas donde los delegados y catequistas son personas mayores y no hay personas jóvenes que quieran relevar en esta tarea, porque para muchos de ellos, sus intereses ya son otros.
La situación se torna más difícil en las áreas indígenas sobre todo de la comarca, donde no hay agentes de pastoral comprometidos con la catequesis; de ahí en pocas comunidades se puede dar verdaderamente un seguimiento a la iniciación cristiana que empezó con el bautismo, y muy raramente los bautizados indígenas logran seguir en el camino de profundización de su vida cristiana, porque no se cuenta con Delegados que asuman la tarea de anunciar a Cristo en sus comunidades mediante la catequesis.