La Iglesia acompañó al pueblo aquel 9 de enero hace 58 años

La Iglesia acompañó al pueblo aquel 9 de enero hace 58 años

Uno de los acontecimientos históricos que no podemos olvidar jamás es la gesta del 9 de enero de 1964, en la que un pueblo unido se levantó indignado por el ultraje a su nacionalidad, y eso costó vidas. La Iglesia estuvo ahí, a su lado.

Redacción

Antes de referirnos al papel de la Iglesia, en este hecho histórico que marcó un antes y un después, es necesario enmarcarse en la reclamación histórica del pueblo panameño por la soberanía en la antigua Zona del Canal. 

Desde finales de la década de 1950, se incrementó la beligerancia estudiantil.

El 2 de mayo de 1958, un grupo de estudiantes de la Universidad de Panamá realizaron la “operación soberanía” que consistió en la colocación de 75 banderas en el área de Balboa, principalmente en los alrededores del edificio de la gobernación de la Zona del Canal (hoy Autoridad del Canal de Panamá).

A raíz de estos sucesos se logró pactar con los Estados Unidos un acuerdo que permitía la izada de la bandera panameña en los sitios de la zona del canal, en donde fuera enarbolada la bandera norteamericana.  Dicho pacto entraría en vigencia, a partir del día 1 de enero de 1964.

PATRIOTISMO. Los estudiantes supieron defender el emblema nacional.

El 9 de enero de 1964, estudiantes zoneítas de la Escuela de Balboa izan la bandera de los Estados Unidos frente a ese plantel, sin acompañarla de la bandera panameña.  Previa notificación al Doctor Arturo Morgan Morales, Jefe de la Sección de Relaciones con los Estados Unidos de la Cancillería panameña, un grupo de estudiantes del Instituto Nacional de Panamá se dirige a la Escuela de Balboa a dar cumplimiento al acuerdo de izamiento de la bandera panameña.   Sin embargo, la policía zoneíta impidió el paso de la manifestación. La bandera no pudo ser colocada en el sitio correspondiente y la delegación panameña fue reprimida por la policía norteamericana, lo cual generó la reacción inmediata del resto de los estudiantes que habían marchado pacíficamente a la zona.  Estos fueron agredidos por la policía zoneíta con bombas lacrimógenas.

Ello provocó el repliegue estudiantil a territorio bajo jurisdicción panameña, dando inicio a enfrentamientos entre la población civil panameña y soldados norteamericanos. Los Estados Unidos no escatimó el uso de la fuerza, adoptando unas serie de medidas. El Puente de las Américas fue cerrado, se ocupó el corredor a la ciudad de Colón, el cual fue tomado. Se dio un reforzamiento militar en la zona del límite (antigua 4 de julio) y se utilizó fuego armado en las zonas adyacentes al área del límite.

Estas medidas tuvieron las consecuencias: 21 muertos y 500 heridos por parte de la población panameña.

SUCESOS. Dejaron 21 muertos y 500 heridos por parte de la población panameña.

La Iglesia se pronunció

A Monseñor Marcos Gregorio McGrath, quien por entonces era obispo de Veraguas, pero administraba la Arquidiócesis, pues el Arzobispo titular, Monseñor Francisco Beckman había fallecido meses antes, le correspondió ser testigo de la indignación de un pueblo que vio avasallar a jóvenes estudiantes.

Ese mismo día del 9 de enero, monseñor McGrath se apersonó al Hospital Santo Tomás donde iban llegando los heridos y los muertos. Coincidió allí con Thelma King y a la par de ella, donó sangre.

Al rememorar este hecho, Monseñor McGrath escribió: “Sentí nacer una nueva conciencia de la nación panameña que quizás la mayoría de los panameños no esperaban y que por mucho tiempo no iban a comprender”. “…Sin darnos cuenta, como nación y como Iglesia, cerrábamos una época y abríamos otra enteramente nueva, en que ambas (Iglesia y nación) habría de buscar su propia identidad y su mutua relación en la vida de un mismo pueblo”.

Ese mismo día del 9 de enero, monseñor McGrath se apersonó al Hospital Santo Tomás.

Queda en la historia, la carta enviada por monseñor McGrath al Expresidente Harry Truman, fechada 10 de enero de 1964, en la que advirtió: “También se le atribuye a Usted, Sr. Truman, una declaración en el sentido que Panamá no existiría como nación si los Estados Unidos no hubiera gastado tanto dinero construyendo el Canal. Esta es una exagerada simplificación de la historia, ya que el movimiento de independencia de Panamá se remonta al Siglo XIX”.

El 11 de enero de 1964, en una alocución el Obispo McGrath reiteró que “un grupo de personas inconscientes de la Zona del Canal, atropellando claros derechos panameños y violando las órdenes de sus propios gobernantes han desatado un cataclismo de violencia, muertes y heridos, enlutando muchos hogares. La Iglesia como madre que llora los sufrimientos de sus hijos y se adhiere al luto nacional, declarado por el presidente de la República para el día de hoy 11 de enero”.

Ese día doblaron las campanas de todas las iglesias y capillas, a las 12:00 p.m. y a las 6:00 p.m. Con este gesto, la Iglesia quiso llegar a todos los hogares entristecidos para compartirles una palabra de esperanza y de aliento.

MANIFESTACIONES. Hubo marchas de repudio. La clase profesional y académica se lanzó a la calle en defensa de la nacionalidad.

El obispo McGrath exhortó: “Recemos por nuestros muertos; recemos para que sus muertes sirvan positivamente a la Patria”.

Y agregó: “Corresponde al Gobierno de Panamá emplear los caminos legales nacionales e internacionales, con el evidente respaldo de la opinión pública… la Iglesia no titubea en afirmar los derechos humanos y criticar de los que abusan de ellos”.

Luego de los trágicos sucesos del 9 de enero de 1964, monseñor Marcos Gregorio McGrath ofició una Misa Campal por la Patria, en la Plaza de la Independencia. El evento religioso que congregó a miles de personas se efectuó el 26 de enero de 1964.

Respaldo al pueblo
  • CARTA CIRCULAR. Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos, del 18 al 25 de enero, donde McGrath afirma: “Es una encrucijada en la historia de Panamá, encrucijada en la que se encuentra nuestro Continente Latinoamericano”.
  • JUNTO AL PUEBLO. El 21 de enero de 1964, la Iglesia se hace presente en los funerales de los jóvenes caídos en la gesta del 9 de enero. El Obispo McGrath acompañó el cortejo hacia la catedral,
  • MISA CAMPAL. El 26 de enero se realiza en la Arquidiócesis, Ciudad de Panamá, la “Cita con Dios por la Patria, replicada en la Diócesis de David que abarcaba las provincias de David y Bocas del Toro.
  • HABLAN LOS OBISPOS. El 22 de enero de 1964, la Conferencia Episcopal Panameña emite un comunicado sobre los sucesos del 9 de enero, firmado por los Obispos Marcos McGrath, Tomás Clavel, José María Carrizo y Jesús Serrano.

En síntesis, la Iglesia asumió como suyo los gozos y las esperanzas, las tristezas y angustias del pueblo panameño; y continuó en este empeño a lo largo de los años ’70, cuando se dieron pasos concretos de cara a la consecución de nuevos tratados sobre el Canal de Panamá y la derogación del Tratado Hay-Bunau Varilla.

El actual arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, ha expresado que “muchos vivimos tan profundamente, esta gesta que reviste una importancia capital en la configuración de nuestra nacionalidad, y siempre deberá estar presente en la memoria, en el alma de los panameños, para reorientar nuestro compromiso ciudadano frente al futuro de nuestra Nación, que demanda un país más inclusivo, solidario, participativo, que permita a todas y todos un desarrollo sostenido, que tenga como centro a la persona y respete la naturaleza”.