La Parroquia San José-Chiriquí Grande, reunida en el Domingo Mundial de las Misiones, celebró su tercer domingo de fraternidad, donde todos los grupos y pastorales tuvieron su espacio para compartir de la experiencia fundamental de la vida cristiana, vivir como familia de Cristo y creando fraternidad.
Fieles se dieron cita en la sede parroquial para celebrar juntos la Eucaristía dominical. La Liturgia de la Palabra animaba al pueblo de Dios a vivir y a poner la MISION en el corazón de la fe cristiana; misión que a todos en el Bautismo se nos fue confiada y que estamos llamados a desarrollar en los amplios espacios que la sociedad nos permite y pide ocupar.
En ese sentido, la Parroquia busca, desde hace semanas, proyectarse y llevar a sus laicos a comprender esta gran tarea, enseñándoles y animándoles a ser protagonistas en cada una de las realidades de la vida actual, para así poder poner en marcha la misión del cristiano: hacer presente a Jesús y su evangelio en las distintas realidades temporales de la vida.
Las pastorales inician poco a poco este caminar, y en este domingo de las Misiones, el Párroco José March ha reiterado la invitación a todos los parroquianos a ocupar el lugar que les corresponde en cada una de las pastorales en formación: Familiar, Salud, Social, Juvenil, Indígena, entre otras, para que todos, aportando puedan transformar la visión del mundo de hoy en cuanto a la política, la educación, la economía, en favor del bien común.
Al finalizar la Eucaristía se dio lugar a un compartir fraterno entre todos los asistentes propiciado por los fieles de la comunidad de Punta Peña, donde podemos destacar la alegría de los niños y adolescentes de Infancia y adolescencia misionera de la parroquia respectivamente, quienes prepararon un stand informativo para dar luces de su trabajo y de la misión que desde ya cultivan a su corta edad.
