Desde hace décadas la misión en Chitré es una parte fundamental en el quehacer de esta Iglesia diocesana.
Antes y ahora han existido retos y desafíos que enfrentar en este proyecto de evangelización, pero la tarea persiste con el paso del tiempo.
María Luisa Gavarrete coordinadora de este proyecto a nivel diocesano, asegura que, siempre se han llevado a cabo las misiones en esta diócesis, de forma especial en aquellos lugares a los que por solicitud o iniciativa de la Comisión Nacional de Animación Misionera (CONAM) se han propuesto.
“La Iglesia es para la misión, ya que el anuncio constante del Reino de Dios, es un mandato al que todos los católicos están llamados, ‹‹vayan por todo el mundo anunciando el Evangelio›”, enfatizó Gavarrete.
El asesor y guía espiritual de la misión a nivel diocesano es el padre Nicanor Villlarreal, para él los retos más importantes son el compromiso de los laicos con la evangelización y lograr atender más ambientes de misión. Así como tener conciencia de que la evangelización es permanente y no de momentos o por ocasiones especiales.
Con la misión se interpelan las realidades que viven las comunidades y estas enfrentan los desafíos con mayor disposición y fe, es lo que plantea Gavarrete. Asegura que, gracias a estas experiencias los valores, la apertura, acogida y amistad que surge del quehacer misionero redireccionan más la vida pastoral de las comunidades.
Un acercamiento importante se dio durante la pasada Jornada Mundial de la Juventud celebrada en enero del 2019, donde comunidades y familias fueron acercadas a la vida de la Iglesia, logrando nuevos servidores, comprometidos con su fe y su comunidad parroquial.
Finalmente, Gavarrete dijo que, la misión actualmente, se está llevando acabo como un tiempo nuevo de gracia, en donde todos tienen la oportunidad de encontrarse para fortalecer juntos los lazos de fraternidad.
