Muchos jóvenes habrán crecido escuchando las historias de la abuela, los consejos y guías del abuelo. Rubén García Mitre y Anais Rodríguez, indígenas de la Comarca Ngäbe Buglé, residen en Soloy en el Distrito de Besikó. Son líderes juveniles y conformaron un grupo de danza que lleva tres años funcionando.
Con la danza muestran la otra cara de su pueblo, ambos pertenecen a la parroquia San Vicente de Paúl en Soloy y comparten sus dones para transmitir esas enseñanzas que han recibido desde pequeños. Rubén tiene 18 años, estudia Ingeniería Agropecuaria, vive actualmente con su madre, un hermano y dos hermanas. Lo que más le gusta de su cultura Ngäbe Buglé son sus tradiciones la danza y los ejemplos de los abuelos de la comarca, pues esto sumado al caminar de la mano de Dios, son herramientas que le han marcado mucho su vida. Por su parte, Anais Rodríguez tiene 20 años y cursa el segundo año de la Licenciatura en Emergencias Médicas. Vive con sus abuelos, su mamá y sus hermanos. Lo que más le gusta de su cultura es el ámbito artístico que viene siendo la danza, el canto y la artesanía. Su fe en la Iglesia Católica le ha marcado mucho su vida de manera positiva, tanto que se ha transformado mucho al conocer a Jesús.
“La manera que Jesús se entregó por amor a nosotros, por perdonar nuestros pecados en la cruz, es algo que me ha marcado mucho la vida, un ejemplo que me invita a seguirlo y sin duda alguna, ese ejemplo de María es un modelo de mujer que pone la realidad de un Cristo más cercano a nosotros”, explicó Rodríguez. En un mundo absorvido por la tecnología los Ngäbe Buglé buscan el equilibrio con las costumbres y tradiciones de su pueblo mostradas como valores intrínsecos en jóvenes como Rubén y Anais, quienes guían a los demás y comparten su cultura y dones al servicio de su pueblo