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Los hijos deben vivir su matrimonio y aprender de los fracasos

Los hijos deben vivir su matrimonio y aprender de los fracasos

Ambas familias deben mantenerse al margen y dejar, prudentemente, que los cónyuges maduren su propia vida de pareja.

Francisco Mario Morales/Catholic.net

Para los suegros, la nuera o el yerno no reúnen las expectativas para juicio de ambas familias. La mayoría de los casos sin importar la estabilidad y buenas relaciones de la pareja, los papás ven solo su conveniencia y tratan de intervenir en la privacidad y decisiones de los hijos, buscando “alternativas” de “solución” a problemas que no existen.

La decisión de los hijos(as) no siempre es del agrado de los padres. Porque ellos quisieran una pareja al gusto y conveniencia de la familia. Muchas veces se trata de corregir en los hijos los errores que los padres cometieron en su juventud. Los hijos deben vivir su propia vida y sus propios retos, de los errores y fracasos también se aprende. La persona que tropieza y cae, debe aprender a levantarse, esto aplica desde la niñez. Por eso hay que formarlos, responsabilizarlos, orientarlos y apoyarlos desde la niñez para que llegado el momento ellos emprendan su propio vuelo.

Los papás y suegros deben apoyar en forma positiva, y no hacer de los conflictos o forma de vida de una pareja algo más grave, molesto o preocupante de lo que es. Ambas familias deben mantenerse al margen y dejar, prudentemente, que los cónyuges maduren su propia vida de pareja.

MATRIMONIO. Las discusiones y diferencias de opinión, son normales en las relaciones interpersonales.

En la nueva familia, no hay que confundir la violencia familiar con los conflictos familiares. Las discusiones, peleas y diferencias de opinión, son normales en las relaciones interpersonales, siempre y cuando no se resuelvan violentamente.

La decisión más difícil para los padres, es dejar que los hijos también enfrenten solos sus propias decisiones y nuevas responsabilidades en su mayoría de edad. De lo contrario, los papás siempre estarán apoyando, preocupándose e interviniendo en las responsabilidades y decisiones de los hijos tratando de “formar” lo que no formaron en su momento.

Unir a las familias

PAREJAS. Vivir uno al lado del otro en la paz del hogar.

¡Cuidado! Cuando los papás o suegros, su rey o su reina, no están siendo tratados como ellos los tratan y… comienzan a ver en la nuera la víctima o la mala, y en el yerno el verdugo o el macho. Porque entonces todo se convierte en conflicto de suegros y consuegros, pudiendo afectar la estabilidad del hogar de los hijos.

Los suegros y papás están para unir familias y no para destruir matrimonios estables. El hogar y la convivencia de los nuevos esposos, no necesariamente debe ser como la casa y la convivencia de ambos padres. Y los cónyuges, no dependan de las decisiones de sus padres respecto a la forma de llevar su propio hogar y su vida en pareja. Los consejos bien intencionados siempre serán de beneficio para la superación.