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“Tenemos que ver qué estamos sembrando en el corazón de los jóvenes (…) No podemos dejar que crezcan de cualquier manera (…) Debemos educarlos para que sean buenas personas, buenos ciudadanos, gente que respeta la vida”. Con esta idea como centro de su reflexión, el obispo de la diócesis de Colón-Kuna Yala, monseñor Manuel Ochogavía Barahona, hizo un llamado a sociedad colonense para que vigile cómo está formando a los niños.
La declaración del obispo colonense tiene como contexto el asesinato de siete jóvenes el día sábado. Es lo que le lleva a exclamar que Colón es “una sociedad que se está violentando y que genera violencia”.
“Hacemos el llamado a los estamentos de seguridad para que podamos, no solo hacer justicia, sino que también podamos como sociedad que cese esta violencia y cese este mal que está golpeando a los colonenses”, señaló el obispo.
“Son siete jóvenes, es el futuro de nuestra ciudad y nuestra provincia”, remarcó monseñor Ochogavía, quien enfatizó: “Esperamos que aparezcan los culpables, y sean llevados a juicio por esta masacre”.
Vayamos a la raíz
Monseñor Ochogavía, quien extendió su solidaridad a las familias que están llorando a sus familiares, exteriorizó que “estamo construyendo una sociedad donde importa solo el dinero, y no la vida”, y eso provoca “un desequilibrio muy grande en el modelo de vida que todos queremos”.
“Aquí en Colón cerramos calles por cualquier cosa, pero no lo hacemos por un muerto, y han muerto Siete”, subrayó Monseñor.
“Tenemos que ser más coherentes, porque la sociedad y las familias se nos están yendo de las manos”, fue la fuerte exclamación de monseñor, al tiempo que sugiere que “todos debemos implicarnos por construir una sociedad en paz donde se respete la vida”.
Monseñor también reafirmó que “Si el modelo educativo solo se preocupa de formar consumidores y trabajadores y no personas, tarde o temprano estaremos generando más violencia”.
“¡Cuántos más tiene que morir! (…) ¡Esta ciudad de Colón ya no soporta más! (…) ¡Es demasiada sangre que se está derramando todos los días! (…) ¡No podemos seguir mirando para otro lado! ¡Tenemos que implicarnos!”, exclamó el obispo de la Iglesia colonense.
El obispo dijo en tono firme: “No es un llamado para que nos sentemos en una mesa a dialogar, ni que marchemos por las calles de Colón vestidos de blanco. ¡Ya eso lo hemos hecho y sin resultados!”.
El obispo subrayó: “Tenemos que darnos cuenta de cuál es la raíz del problema, y la raíz está en la persona, en cómo estamos construyendo las personas para el día de mañana: si seguimos así tendremos muchas más muertes”.
“Reitero mi llamado a las familias para que hoy, día del Niño, vigilen cómo los están educando, qué valores les están enseñando. Dependerá de nosotros que sean buenos, que sean honestos y gente de bien”, subrayó.
