Después de haber llegado de la visita Ad Limina, Monseñor Pedro Hernández se dispuso a viajar a la comunidad de La Palma para realizar la visita pastoral, que tiene como finalidad la animación de las comunidades cristianas, sobre todo aquellas que están más alejadas y que pocas veces tienen la oportunidad de celebrar la Eucaristía junto al Obispo.
Un segundo objetivo de estas visitas es el conocer de cerca el trabajo pastoral que los equipos misioneros realizan en la zona; aprovechar para estar más tiempo con ellos, escuchar sus iniciativas e inquietudes, y por último, poder saludar y escuchar a la comunidad de fe que peregrina en estos lugares tan lejanos.
En esta gira se visitaron las comunidades afro e indígenas de Río Balsas; en cada una de ellas se aprovechó para celebrar la Eucaristía, escuchar confesiones y administrar el sacramento de la unción de los enfermos.
La primera a la que llegó Monseñor fue Tucutí, una comunidad cuyo origen es muy antiguo, la mayoría de la población es afro, y conviven con familias indígenas. Allí se compartió con las familias y la gente del lugar expresó su alegría por la visita del Obispo. Al día siguiente, antes de la salida del sol, partieron hacia la comunidad indígena lejana de nombre Manené. Allí se convocó a la comunidad a un Congreso Local, donde expresaron su sentir y su realidad.
Monseñor escuchó las necesidades sociales, las dificultades comunitarias que encuentran y sobre todo la necesidad de la evangelización y de más acompañamiento de parte de la iglesia.
Al terminar el recorrido por las comunidades rurales, Monseñor centró su atención hacia la comunidad urbana de la Palma; se reunió con los agentes de pastoral para escuchar el caminar evangelizador, y la puesta en marcha del plan pastoral del Vicariato.
La visita pastoral concluyó el domingo 2 de julio, y aprovechando la presencia de Monseñor, celebraron la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo.