La Iglesia celebró la Jornada de Oración por la Patria congregada en la Basílica Menor Don Bosco, el 23 de noviembre a las 3:00 de la tarde, como una manera especial de concluir el mes en que se rinde homenaje a Panamá.
La jornada es una iniciativa de la Comisión Arquidiocesana de Oración y se desarrolla desde hace 28 años.
La misa fue presidida por monseñor Uriah Ashley, obispo auxiliar de Panamá, y en su homilía manifestó que urge acudir a quien todo lo puede y todo lo transforma, ante las situaciones que aquejan al país.
Argumentó que Panamá es un pueblo bendecido, lo que debería reflejarse en posibilidades para todos, pero no es así. El cáncer de la corrupción, la poca certeza del castigo y la desconfianza en las instituciones corroen las entrañas de la patria y permiten que, pese a su economía envidiable, haya un número escandaloso de personas empobrecidas, escuelas defectuosas, un sistema educativo colapsado, un mal servicio de salud y una mala distribución del agua potable.
Sin embargo, somos un pueblo creyente, que sabe dar gracias a Dios y recurrir a Él en momentos difíciles, dijo el obispo auxiliar.
Nuestra nación es algo más allá de personas, instituciones, estructuras, ordenamientos o bienes compartidos, señaló. Es para los creyentes un don de Dios, que nos ha permitido tener una historia común, un territorio, una fauna y flora, una diversidad cultural y étnica, que en libertad nos lleva a cuidarla y defenderla de todo aquello que atente contra su integridad, destacó.
El compromiso de rescatar la política como el arte de servir al pueblo, con auténtico compromiso, sin el juega vivo ni las componendas, para retorcer las leyes u obtener dinero de forma indebida, es de todos los ciudadanos.
La verdad debe ser el centro, la pasión que debe orientar nuestro accionar de ahora en adelante; buscando la transparencia y la rendición de cuentas, sin sentimientos de desquite, sino de justicia social, señaló Mons. Ashley.
Hizo un llamado para ir cimentando la construcción del Panamá en los históricos valores de la Patria. “No podemos quedarnos lamentándonos mientras nuestro país se desmorona”, enfatizó.