“Con María de Guadalupe nos comprometemos a crecer en comunidad”. Este es el lema de la fiesta patronal de la parroquia de Guadalupe, en La Chorrera.
Su párroco, el padre Marco Fájer, manifestó que este año el lema responde al contexto social y al momento que vive la comunidad.
Para él, trabajar en comunión requiere la participación de los fieles en el caminar de la vida cristiana. Sin embargo, la feligresía, generalmente, desconoce el Plan Pastoral.
Comunión es hacer comunidad, y en eso hay que bregar más, porque en el centro está la fe, resaltó.
En consecuencia, urge que esta parroquia, que tiene nueve capítulos, conozca el Plan Pastoral para que trabaje en comunión. Por ello, este año, durante la fiesta patronal, se tratarán los temas del plan cada día de novena.
Este tiene como prioridades la Pastoral Juvenil Vocacional, prepararse para la Jornada Mundial de la Juventud, recuperar el sueño de Dios para la familia y apoyar a la Pastoral Social, que busca responder a la realidad de Panamá.
Falta de protagonismo
La tarea no es fácil si se toma en cuenta que lo que más congrega a los feligreses son los funerales, pero la gente se reúne por motivos humanos, no religiosos. Lo que nos congrega es el acompañamiento, mas no lo fe, sustentó.
Eso significa que hay una gran descristianización, por lo que la Iglesia tiene que ser reconstruida desde la familia.
Al respecto, el sacerdote advirtió que los padres han perdido protagonismo en el seno familiar, y esa falta de protagonismo y de transmisión de la fe por los padres, son los principales factores que inciden en la falta de vocaciones.
A esto se suma que los padres están muy limitados por la situación económica, que los lleva a trabajar todo el día, mientras los hijos son cuidados por otros. Es un sistema que deshumaniza y los atrapa, sustentó.
Al respecto, “la Pastoral Social apuesta por una calidad de vida más integral y está abriéndose camino en esa dirección”, trabajando en la familia, destacó.
En cuanto a la Pastoral Juvenil Vocacional, al padre Nájer y a su equipo les preocupa que hay espacios vacíos que quedan después de la Primera Comunión, cuando los jóvenes esperan la catequesis de confirmación. Ese tiempo no se está aprovechando para profundizar en la fe. Por eso están organizando grupos para trabajar en una evangelización que permita el joven tomar decisiones y que le lleve a preguntarse si tiene interés por las vocaciones.
Esta evangelización es también el telón de fondo para la preparación hacia la JMJ, que constituye un reto para la Iglesia y que demanda del trabajo de todos.