La Navidad es un momento de compartir con aquellos que no tienen nada, esto lo tiene claro el padre Justino Portocarrero, que trabaja con la comunidad de Río Alejandro y dedica su tiempo a los más pequeños, especialmente durante estas celebraciones para incentivar la fe en Jesús.
Esta tarea inicia con la motivación a participar en las novenas previo a la Navidad, luego el compartir en las eucaristías y se realiza la cena, en la que comparten con un aproximado de 250 a 300 niños que van al comedor, y que dirige el padre Justino, donde comen durante todo el año.
Esta región, que es de escasos recursos, es atendida con mucho esmero, con el único objetivo de ver en las caritas de estos pequeñines esa sonrisa tan noble y especial. Son diversas pastorales las que apoyan esta labor “Los niños viven en pobreza, sus padres no tienen, en ocasiones ni para la comida, eso es muy triste porque hoy día ningún niño debería acostarse con hambre”, afirma el Padre Portocarrero.
Resalta el sacerdote que reciben el apoyo de personas como Nilda Quijano, que siempre da la mano. La comunidad comparte estas actividades, cada dos meses entregan ropa en buen estado, zapatos, libros y uniformes para cuando llegan la época escolar.
