El edificio del Cabildo, donde se proclamó la independencia de Panamá de España y la separación de Colombia, se derrumbó en 1907, y en 1910 se edificó allí el Consejo Municipal, donde está también el Museo de Historia.
Por Elizabeth Muñoz de Lao
Cada panameño debe visitar, al menos una vez en la vida, el Museo de Historia de Panamá. Entrar allí es remontarse a las raíces mismas de la nacionalidad, de la cultura y de la custodia de lo que somos.
Jorge Isaac Aldeano, uno de los guías, explicó que el museo está dividido por épocas de la vida histórica de Panamá. La primera de ellas, el período hispánico, en la que se destaca Vasco Núñez de Balboa, el surgimiento de poblaciones como Nombre de Dios, Portobelo y el Fuerte San Lorenzo, en el Caribe, así como el Camino Real y Camino de Cruces que conducían a la antigua ciudad de Panamá. También el ataque de Henry Morgan y el traslado de la ciudad al Casco Antiguo.
Luego se pasa al período departamental, es decir, a la unión que se hizo, primero con Simón Bolívar, y después de su muerte, con Colombia. Está la construcción del ferrocarril, del Canal Francés y la guerra de los Mil Días, de 1899 y que terminó en 1902.
Está ubicado en el Casco Antiguo y la entrada es gratuita. Abre sus puertas de 10:00 a.m. a 5:30 p.m., de martes a domingo.
El museo tiene una escultura del protagonista de esa guerra, Victoriano Lorenzo y una carta de su puño y letra, que demuestra que era letrado.
Allí reposa el Acta de Independencia del Istmo, que no dice Separación, sino Independencia, afirma el guía.
Se expone, además, una sección dedicada a los símbolos patrios, donde se puede ver a doña María Ossa de Amador cosiendo la primera bandera, que hoy reposa en una urna de cristal, y el documento oficial de su bautizo, así como partituras del himno nacional y el escudo, con su línea evolutiva.
Reposa, igualmente, el documento del Tratado Hay-Bunau Varilla, y exhibiciones de la lucha de Panamá para la transferencia del Canal. Allí están representados los sucesos del 9 de enero de 1964, con una réplica de la bandera rasgada (con un escudo nacional en el centro).
Se muestra también el golpe de Estado de 1968, la firma de los tratados Torrijos-Carter, la muerte del general Omar Torrijos, las marchas civilistas, las elecciones de 1989 y la invasión del 20 de diciembre de ese año.
El museo no es grande, pero su magnificencia radica en el valor histórico para todos los panameños.