Preparación interior para la jmj

Preparación interior para la jmj

La paz del corazón

En el artículo anterior hemos visto la necesidad de la pureza de corazón para el verdadero encuentro con Dios. Este encuentro, cuando es real, deja como primer fruto la paz del corazón, la paz interior, la paz en relación con todas las cosas, aun cuando sean difíciles de entender y de aceptar. Un corazón en paz, en libertad, es el que tiene más posibilidad de recibir ese “encuentro vivo con el Señor”, y a la vez, esa paz del corazón, “es el don más grande de Dios”, del que tenemos una necesidad imperante. Este don lo recibimos, de parte Suya, por medio de la oración y de la obra hecha con amor y fe,  a través de la vida casta y pura que podamos adquirir: “Vengan a Mí todos los que están cansados y agobiados, y Yo los aliviaré” (Mt.11, 28).

La paz interior, paz del alma, es la que se da a partir del corazón limpio, puro, que es el resultado del encuentro con Cristo. Es a partir de este encuentro donde la vida cambia, donde el joven es verdaderamente renovado. Es esa paz que el mundo no da, y por eso la sociedad no logra alcanzar. Es esa paz que el joven peregrino busca y que la encontrará cuando se decide por la vida según lo que experimenta de Dios, y la vida que a partir de ahí renace en él. El aprovechar de la juventud no será posible sin la paz interior, sin la cual la exterior no llegará. Esta paz es la que necesitan para saber, con el corazón libre y puro, discernir quiénes son, dónde están, dónde quieren estar, para qué los llama Dios. “Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos.” (Col 3,15).

1. Qué es la paz del corazón-paz interior.

Algunos piensan que la paz es quietud, no moverse, no comprometerse, no complicarse. Hay quienes están quietos, sin comprometerse y no están en paz. Tampoco es poder trabajar, tener salud física y un buen cuerpo, ser capaz intelectualmente, ser famoso, no. Estas cosas no son paz de vida. Hay quienes las poseen y no viven la paz de corazón, porques esta paz es algo más profundo, es una actitud interior. Los animadores de la JMJ debemos trabajar los campos de paz en el corazón de los jóvenes. Ir a la fuente de la espiritualidad que nos haga vivir a profundidad este encuentro de la JMJ y ver al Señor: “Esfuércense por vivir en paz con todos y procuren llevar una vida santa, porque los que no son santos no verán al Señor”  (Heb 12,14).

2. ¿Qué es lo que somos?

En lo profundo de nuestro ser “somos un misterio”; somos aquello que está detrás de todas las cosas, una especie de observador que trasciende todo tipo de manifestación. La belleza de tu ser, el sentido y la alegría de tu vida está en ese ser que está más allá de lo que crees ser, de lo que crees no ser. Entra en tu corazón. Pídele al Dios de la Verdad que te dé la gracia del conocerte a ti mismo, y encontrarás ese misterio que guarda el tesoro de vida que eres tú.

3. ¿Cómo poder lograr la paz interior?

“Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y esfuérzate por mantenerla” (Sal 34,14). Insistimos aquí que hablar de paz no es hablar de quietud. No hablamos del que se sienta en un lugar solitario, alejado, en desierto, y tal vez repitiendo fórmulas y que le dan paz-quietud. Ese joven puede estar quieto y no tener paz en su corazón. La paz es algo más que la quietud o el movimiento. La paz de la que hablamos se encuentra en la armonía justa, que ha de haber entre el cuerpo y el alma, entre el hombre y lo creado, en la aceptación armoniosa de Dios y sus designios. Es la paz del joven amigo de todo, de sí mismo y de todos, y para lograr esta paz interior “tenemos que armonizarnos con nosotros mismos”. Creemos que la paz es una actitud interior de armonía, una armonización con nosotros mismos y con nuestros propios componentes: “Asegúrense que ninguno pague mal por mal, más bien siempre traten de hacer el bien entre ustedes y a todos los demás” (1Tes 5,15).