Mucho escuchamos hablar de los propósitos de fin de año, especialmente cuando se trata de ser jóvenes que apuntan a nuevas metas y quieren superarse.
Escuchamos las típicas listas donde figura bajar de peso, conseguir un mejor empleo, graduarse, comprar un auto, conseguir suficiente dinero para ir de viaje a algún destino soñado y así continúa. Sin embargo, dentro de dichos propósitos, ¿sobresalen los que son a título más personal? ¿Tenemos cada año nuevos propósitos espirituales? La pregunta es clave porque nos hacemos la idea de ir en busca de muchos sueños profesionales, académicos y de otras índoles, pero el lado espiritual lo dejamos de lado, como si no fuese importante trabajarlo.
Podríamos pensar en muchas cosas que nos gustaría mejorar en cuanto a nuestra vida de fe, por ejemplo: ¿no sería lindo ponerse de propósito el hecho de orar más? ¿De hacer el rosario todos los días o empezar por meditar el Evangelio con calma y no sólo pasarlo a los demás contactos del teléfono? A veces dejamos pasar nuestro crecimiento espiritual por alto y no consideramos importante trabajar en ello. Por eso, hoy quiero dejarte un par de sugerencias o posibles propósitos que puedes considerar para este 2018:
– Leer el Evangelio todos los días.
– Asistir a Misa todos los domingos y días de precepto.
– Anotarme como voluntario para la JMJ Panamá 2019.
– Ingresar a un grupo juvenil para formarme.
– Confesarme una vez al mes.
– Ser medio evangelizador e invitar a la Iglesia a algún amigo.
– Empezar a hacer Lectio Divina.
– Asistir a la hora santa en mi parroquia o visitar con más frecuencia el Santísimo.
Y así podemos tener una lista de propósitos que de seguro nos ayudarán a crecer espiritualmente y vivir el 2018 de la mano de Jesús.
