“Que la gracia de Dios venza toda venganza, rencor y resentimiento que haya en nosotros”, Monseñor José Domingo Ulloa.

“Que la gracia de Dios venza toda venganza, rencor y resentimiento que haya en nosotros”, Monseñor José Domingo Ulloa.

redaccion@panoramacatolico.com

Hoy el Arzobispo de Panamá, recuerda el Día mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez, que busca visibilizar la problemática y exigir a los gobiernos tomen medidas, y actúen. 

Monseñor José Domingo Ulloa trajo a colación un mensaje del Papa Francisco del año 2014, donde se refirió al abuso de ancianos y de niños, calificándolos de inhumano, y recordó que “siempre el anciano, el abuelo, la abuela, tiene una familia que puede acogerlo. Y entonces bienvenidos los hogares para los ancianos… con tal de que sean verdaderos hogares, y ¡no prisiones!”.

También el Papa dijo en esa ocasión que “un pueblo que no custodia a los abuelos y no los tratan bien no tiene futuro: pierde la memoria, y se desarraiga de sus propias raíces. Pero cuidado: ¡ustedes tienen la responsabilidad de mantener vivas estas raíces en ustedes mismos!”

Ante tales palabras del Papa Francisco, Monseñor Ulloa reafirma que es nuestro deber con las personas de edad y la sociedad luchar contra la discriminación en todas sus formas y promover la dignidad y los derechos humanos de las personas de edad de todo el mundo.

El Arzobispo también hizo memoria de la fecha especial para el Club 20-30 que un día como hoy, pero del año 1955, se funda en Panamá como agrupación cívica cuya larga trayectoria e innumerables éxitos, la ha llevado a ser una de las organizaciones de mayor renombre en la República de Panamá.

Asimismo, recordó el Día Mundial del Donante de Sangre, celebrado ayer domingo 14 de junio, y agradeció a todos los voluntarios que a través de este “simple, pero muy importante acto de ayudar al prójimo, donan su sangre». 

Ya entrando en la lectura de hoy, respecto a la historia de Nabot, de Yezrael, dijo que desde que el mundo es mundo, el abuso de poder y los caprichos de los poderosos se pagan con la sangre y el sacrificio de los inocentes. 

“Esto es algo que, por desgracia, se ha repetido y se repite también muchas veces a lo largo de la historia”, lamentó, y recordó las palabras del salmista: “Nuestro Dios no ama la maldad, detesta a los malhechores, y aborrece a los sanguinarios y traicioneros”. 

Seguidamente indicó que Dios siempre nos escucha, atiende a nuestros gemidos y nos defiende del peligro. “Él es nuestro verdadero Rey, que protege y defiende nuestros derechos. Él es nuestro verdadero y único Dios, que conoce nuestro corazón y nos libera del poder del pecado y de la muerte”, agregó.

Refiriéndose al evangelio, explicó que Jesús en este pequeño pasaje bíblico nos da la fórmula para romper este espiral del pecado que siempre ha existido en el hombre, y es el del amor y el perdón.

“Si alguien te golpea en una mejilla, no hagas nada, no te defiendas; si alguien te quita algo, no vayas a quitárselo por la fuerza; si alguien te obliga a hacer algo, hazlo con gusto; después deja que Dios tome en sus manos la situación”, manifestó.

Monseñor Ulloa reconoció que ciertamente no es fácil hacer vida este pasaje, como no lo son todos aquellos en los que tenemos que dejar en las manos de Dios nuestra vida para que Él y solo Él la lleve adelante. Pero –como él dijo el Arzobispo- esto será solo posible para aquellos que se dejan «poseer» totalmente por la acción del Espíritu Santo.

Como pastor y guía de este rebaño, Monseñor pidió a Dios que su gracia venza a toda venganza, rencor, odio y resentimiento que hay en cada uno de nosotros, pues no hay vida sana y serena con el corazón lleno por el sentimiento de venganza, de rencor y rabia. 

“Cuando vemos que estamos con mal pensamientos sobre el otro, cuando estamos con un deseo malo sobre el otro es porque el amor no nos sanó”, expresó Monseñor José Domingo Ulloa.

 

A continuación, el texto completo de la Homilía de Monseñor Ulloa desde la capilla de su casa.

Homilía Lunes XI del Tiempo Ordinario

Día mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez

65 años de fundación del Club 20-30

 La conmemoración de los días internacionales tiene un objetivo doble: por un lado, que los gobiernos tomen medidas, y por otro que los ciudadanos conozcamos mejor la problemática y exijamos a los gobiernos e instituciones que actúen.

Por esta razón, la Asamblea General de las Naciones Unidas designa el 15 de junio como Día Mundial de toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez. Compartimos un fragmento y hacemos nuestras las palabras del Papa Francisco, del 28 de septiembre de 2014, donde se refirió al abuso de ancianos y de niños, calificándolos de inhumano:

“(…) Pero no siempre el anciano, el abuelo, la abuela, tiene una familia que puede acogerlo. Y entonces bienvenidos los hogares para los ancianos… con tal de que sean verdaderos hogares, y ¡no prisiones! ¡Y que sean para los ancianos – sean para los ancianos – y no para los intereses de otras personas!

No debe haber institutos donde los ancianos vivan olvidados, como escondidos, descuidado.

Me siento cerca de los numerosos ancianos que viven en estos institutos, y pienso con gratitud en los que los van a visitar y los cuidan.

 Los hogares para ancianos deberían ser los “pulmones” de humanidad en un país, en un barrio, en una parroquia; deberían ser “santuarios” de humanidad, donde los que son viejos y débiles son cuidados y custodiados como un hermano o una hermana mayor. ¡Hace tanto bien ir a visitar a un anciano! Miren a nuestros chicos: a veces los vemos desganados y tristes; van a visitar a un anciano, y ¡se vuelven alegres!

Nosotros, los cristianos, junto con todos los hombres de buena voluntad, estamos llamados a construir con paciencia una sociedad diversa, más acogedora, más humano, más inclusiva, que no necesita descartar a los débiles de cuerpo y mente, aún más, una sociedad que mide su propio “paso” precisamente sobre estas personas.

Un pueblo que no custodia a los abuelos y no los tratan bien no tiene futuro: pierde la memoria, y se desarraiga de sus propias raíces. Pero cuidado: ¡ustedes tienen la responsabilidad de mantener vivas estas raíces en ustedes mismos!

Con la oración, la lectura del Evangelio, las obras de misericordia. Así permanecemos como árboles vivos, que aun en la vejez no dejan de dar frutos”.  Papa Francisco

Por eso es nuestro deber para con las personas de edad y la sociedad luchar contra la discriminación en todas sus formas y promover la dignidad y los derechos humanos de las personas de edad de todo el mundo.

65 años del Club 2020

En la noche del miércoles 15 de junio de 1955, se funda el Club Activo 20-30 de Panamá, agrupación cívica cuya larga trayectoria e innumerables éxitos, la ha llevado a ser una de las organizaciones de mayor renombre en la República de Panamá.

Es un Club cívico en que participan jóvenes entre los 20 y 39 años, que dedican su tiempo y esfuerzo en apoyar y participar activamente en la labor cívica en beneficio de las comunidades. Anualmente; realizan actividades a favor de la niñez y juventud panameña; tales como Librotón, Lechetón, Ropatón, Cremalotón, Encuentro de Ideas, Becas Escolares, Gran Recolecta de Pañales, Fiestas Tradicionales, Giras Médicas, Mundial del Barrio y el evento que desde 1981 y por 34 ediciones; ha unido corazones en el mes de diciembre como lo es la Teletón 20-30 y que ha hecho realidad obras importantes para el país, como el Instituto Nacional de Medicina Física y Rehabilitación.

Pidamos mucha oración en esta Eucaristía por la nueva Junta Directiva, presidida por

– Giacomo Tamburrelli: presidente del Club Activo 20-30 de Panamá 2020-2021—y por la labor realizada por Efraín Gómez: presidente saliente y toda la membresía del Club Activo 20-30 de Panamá.

Día Mundial del Donante de Sangre

Ayer 14 de junio, celebramos Día Mundial del Donante de Sangre, agradecemos a todos los voluntarios que a través de este “simple, pero muy importante acto de ayudar al prójimo, donan su sangre».

 

Reflexión: La venganza quita la pureza de nuestro corazón

En la primera lectura se nos narra la historia de Nabot, de Yezrael. Desde que el mundo es mundo, el abuso de poder y los caprichos de los poderosos se pagan con la sangre y el sacrificio de los inocentes.

Esto es algo que, por desgracia, se ha repetido y se repite también muchas veces a lo largo de la historia.  Pero como nos dice el salmista, nuestro Dios no ama la maldad, ni el malvado es su huésped, ni el arrogante se mantiene en su presencia. Detesta a los malhechores, destruye a los mentirosos y aborrece a los sanguinarios y traicioneros. El pecado tiene sus consecuencias y siempre pasa factura.

Dios siempre nos escucha, atiende a nuestros gemidos y nos defiende del peligro. Él es nuestro verdadero Rey, que protege y defiende nuestros derechos. Él es nuestro verdadero y único Dios, que conoce nuestro corazón y nos libera del poder del pecado y de la muerte.

El evangelio nos presenta que debido a nuestra naturaleza herida por el pecado siempre ha existido en el hombre lo que se llama «el espiral de la violencia», es decir, cada acción violenta genera a su vez otra de mayor magnitud y que es a lo que nosotros llamamos «venganza».

Jesús en este pequeño pasaje nos da la fórmula para romper este espiral y es el del amor y el perdón: Si alguien te golpea en una mejilla, no hagas nada, no te defiendas; si alguien te quita algo, no vayas a quitárselo por la fuerza; si alguien te obliga a hacer algo, hazlo con gusto; después deja que Dios tome en sus manos la situación.

Ciertamente no es fácil hacer vida este pasaje, como no lo son todos aquellos en los que tenemos que dejar en las manos de Dios nuestra vida para que Él y solo Él la lleve adelante. Por ello esto será solo posible para aquellos que se dejan «poseer» totalmente por la acción del Espíritu Santo.

El seguidor de Jesús no se deja llevar por la venganza, el rencor, el resentimiento y la tristeza. Aunque quedemos tristes, la herida tiene que ser sanada, pero no podemos permitir que el alma sea maltratada porque vamos cultivando eses rencores.

La venganza es un demonio terrible que se oculta de varias formas en nuestra vida y en nuestra historia. Puede ser que, nosotros, literalmente no nos venguemos de quien nos hizo el mal, pero deseamos, alimentamos, esperamos y cultivamos.

En el fondo decimos: “Él va a pagar por lo que hizo”, y usamos incluso subterfugios mundanos para ocultarnos debajo de una faceta religiosa: “Aquí se hace, aquí se paga”; alguien aún dijo que está en la Biblia y usamos estos elementos para cultivar la venganza.

La venganza quita la pureza de nuestro corazón; el resentimiento, la tristeza y el rencor dejan nuestro corazón dañado, triste, enfermo. Jesús no está hablando eso primero por causa del otro, pero por causa de nosotros, porque Él quiere nuestro corazón sano, quiere nuestra vida salva. Él quiere el alma de cada uno de nosotros viviendo de forma sana y serena.

Permitamos que la gracia de Dios venza a toda venganza, rencor, odio y resentimiento que hay en nosotros

No hay vida sana y serena con el corazón lleno por el sentimiento de venganza, de rencor y rabia. Por supuesto que, en el momento en que las cosas ocurren, cuando somos traídos o contrariados, los sentimientos crecen en nosotros.

Dentro de nosotros los sentimientos más hermosos se convierten los resentimientos más duros del alma, pero conocemos Jesús y la gracia de Él está en nosotros. La gracia de Él en nosotros nos llama amor y misericordia.

Cuando hablamos en amor, luego pensamos en las personas queridas que queremos, eso es una forma de amar, pero el amor es más sublime. El amor es el remedio que el alma necesita para ser sanada de los males que el mundo nos impone.

Cuando vemos que estamos con mal pensamientos sobre el otro, cuando estamos con un deseo malo sobre el otro es porque el amor no nos sanó. Necesitamos sumergir en el amor para sernos sanados.

Mientras pensamos mal, queremos y deseamos el mal y el mal del otro está en nosotros, seguimos mal en lo que pensamos y en lo que sentimos.

Permitamos que la gracia de Dios venza a toda venganza, rencor, odio y resentimiento que hay en nosotros.

 PANAMÁ, acatemos las normas que nuestras autoridades han implementado. Por ti, por los tuyos, por Panamá -Quédate en casa.

 

† JOSÉ DOMINGO ULLOA MENDIETA, O.S.A.

ARZOBISPO METROPOLITANO DE PANAMÁ