Que se note que tu vida tiene como centro a Dios

Que se note que tu vida tiene como centro a Dios

Decir «soy cristiano» es fácil. Esta semana, el Señor nos está pidiendo que se nos note. Que, en nuestros ambientes, todos puedan decir sin lugar a duda «fulano o fulana, camina con Dios», «está tratando».

El señorío de Cristo no es un concepto aislado de la vida misma. Es algo que debe vivirse, y es justo eso a lo que la Palabra nos está exhortando.

Algunos dirán la misericordia es el primer rasgo del auténtico cristiano. Da sin esperar recibir; se compadece con suma facilidad; es capa de entregarse sin que le llamen a servir y acompañar al que está triste.

Vivimos tiempos de incertidumbre, y por más trucos que uno se quiera inventar, es Dios lo único que en realidad llena los espíritus y le da sentido a la vida y a la vida en familia.

Los cristianos, pues, están llamados a iluminar esa realidad. La misión es llevar a Dios a los ambientes, para que quienes les rodean tengan la oportunidad de un encuentro.

Con ese optimismo que todo lo llena de luz, el cristiano tiene misión transmitir esperanza y serenidad. 

Una persona que diga seguir a Cristo, está también invitado a enriquecer continuamente su libertad, a iluminarla y darle sentido y dirección.

Cristo nos quiere libres, es cierto, pero esa libertad no es un don acabado. Requiere continuo trabajo y formación para poder, luego, coadyuvar para que los otros puedan darle riqueza a su propia libertad.

Entusiasmar, apoyar, acompañar, iluminar: esa es la misión permanente de quien dice tener a Dios como centro de su vida.

¡Ánimo!