“Solidaridad con los que no tienen trabajo”, Monseñor José Domingo Ulloa.

“Solidaridad con los que no tienen trabajo”, Monseñor José Domingo Ulloa.

redaccion@panoramacatolico.com

 “Hoy se nos invita a contemplar a San José como trabajador y obrero, que con sus manos sostuvo a la Sagrada Familia”, así inició el Arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa Mendieta, la homilía de este viernes III de Pascua.

Asimismo, recordó que hoy muchas asociaciones y grupos también recuerdan hoy el Día del Trabajo y se solidarizan con las personas que no tienen trabajo o que sus condiciones laborales no corresponden a la dignidad de un hijo de Dios.

En cuanto a la lectura de hoy, en los Hechos de los Apóstoles, centrada en la conversión de San Pablo. “Dejando a un lado si se cayó o no del caballo, si los que con él iban dejaron de ver o de oír o las dos cosas, lo más importante es observar lo que pasó con el perseguidor: de encarnizado enemigo a incansable propagador. 

“¡Qué difícil es dejar atrás el pasado!”, dijo el Arzobispo, al referirse a la conversión de San Pablo, que tuvo que esforzarse ante todos que antes no era digno de alabanza, pero aún así fue usado para mayor gloria de Dios. 

Y es que cuesta creer que las personas puedan cambiar así. Dar un giro de 180 grados, de ir contra los cristianos a ser el Apóstol de los gentiles. 

En su homilía recordó que este mes de mayo, el pueblo de Dios manifiesta con particular intensidad su amor y devoción a la Virgen María, y es tradicional el rezo del Rosario en casa, con la familia. “Las restricciones de la pandemia nos han “obligado” a valorizar esta dimensión doméstica, también desde un punto de vista espiritual”, expresó.

Tomó como propias la invitación del Papa Francisco a redescubrir la belleza de rezar el Rosario en casa durante el mes de mayo, ya sea juntos o de manera personal, apreciando lo bueno de ambas posibilidades. “Pero, en cualquier caso, hay un secreto para hacerlo: la sencillez; y es fácil encontrar, incluso en internet, buenos esquemas de oración para seguir”, sugirió.

Asimismo, exhortó a los que siguen diariamente la misa celebrada desde la capilla de su residencia: contemplar juntos el rostro de Cristo con el corazón de María, nuestra Madre, nos unirá todavía más como familia espiritual y nos ayudará a superar esta prueba.

A continuación, el texto completo de la Homilía de Monseñor Ulloa desde la capilla de su casa.

Homilía San José

Mons. José Domingo Ulloa M.

Hermanos y hermanas:

Son muchos los santos que han venerado y tratado con devoción y cariño a San José. Sin embargo, San José es un caso excepcional en la Biblia: un santo al que no se le escucha ni una sola palabra.

Fue un hombre que cumplió aquel mandato del profeta antiguo: “Sean pocas tus palabras”.  Quizás Dios ha permitido que de tan grande amigo del Señor no se conserve ni una sola palabra, para enseñarnos a amar también nosotros en silencio.

“San José, Patrono de la Vida interior, enséñanos a orar, a sufrir y a callar”. Quiero compartir con ustedes a alguno de los   santos más devotos a San José, con el propósito de que tú también te hagas amigo suyo y acudas a pedirle ayuda en las distintas circunstancias de tu vida.

  1. Santa Teresa de Jesús y su devoción a San José

– La curación de Santa Teresa por la intercesión de San José:

Cuando Santa Teresa de Jesús tenía 27 años, se encontraba postrada en la cama, sin poder andar. A veces se arrastraba por el suelo. Estaba viviendo por aquel entonces en el monasterio de la Encarnación. Sale de la clausura para ser curada. Se recurre a todos los medios posibles en aquel momento. Regresa a Ávila sin haber logrado mejora alguna. Se llega a tal extremo de gravedad que incluso llegan a darle por muerta. Tenía que ser ayudada por las enfermeras para todo. Tras varios años así, en estas circunstancias, recurre a San José y su vida va volviendo a la normalidad poco a poco.

Desde este momento, la devoción a San José y su familiaridad con él, va a marcar un hito en su vida. Partiendo de esta realidad escribe Teresa:

“Tomé por abogado y señor al glorioso San José, y me encomendé mucho a él. Comencé a hacer devociones de Misas y cosas muy aprobadas de oraciones, y tomé por abogado a San José…; y él hizo, como quien es, que pudiese levantarme y andar y no estar tullida”, (Libro de la Vida 6).

– Las frases más destacadas de Santa Teresa sobre San José:

Partiendo de esta experiencia tan decisiva en su vida, va a recomendar la devoción a San José y su poderosa intercesión. El Esposo de María va a ser un abogado e intercesor en todos los contratiempos. San José será un personaje familiar y entrañable en el hogar teresiano.

 

  1. “No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer”.
  2. “Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado Santo, de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma”
  3. “A otros parece les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad; a este glorioso Santo tengo experiencia que socorre en todas”.
  4. “Querría yo persuadir a todos fuesen muy devotos de este glorioso Santo, por la experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios. No he conocido persona que de veras le sea devota y haga particulares servicios que no la vea más aprovechada en la virtud, porque aprovecha en gran manera las almas que a él se encomiendan”.
  5. “Sólo pido por amor de Dios, que lo pruebe quien no me creyere y verá por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso Patriarca y tenerle devoción”.

Hoy se nos invita a contemplar a San José como trabajador y obrero, que con sus manos sostuvo a la Sagrada Familia. Muchas asociaciones y grupos también recuerdan hoy el Día del Trabajo y se solidarizan con las personas que no tienen trabajo o que sus condiciones laborales no corresponden a la dignidad de un hijo de Dios.

Y en los Hechos de Los apóstoles nos presenta hasta tres veces la conversión de Saulo en Pablo. Y esto se debe a que sería muy difícil plasmar en pocas frases una experiencia mística tan intensa.

Dejando a un lado si se cayó o no del caballo, si los que con él iban dejaron de ver u oír o las dos cosas, lo más importante es observar lo que pasó con el perseguidor. De encarnizado enemigo a incansable propagador.

 

El mismo empeño que ponía en una cosa, lo tenía para la contraria. Todos sus pensamientos, deseos, emociones, volcados ahora en convencer a los demás de que Jesús es el Señor.

¡Qué difícil es dejar atrás el pasado! Aceptar que no todo lo hicimos bien. Tendemos a ocultar nuestros secretos, hasta que, de una manera u otra, vuelven. Que se lo digan a los políticos y la hemeroteca.

Pablo se esforzó en que todos lo que antes no era digno de alabanza, fuera usado para mayor gloria de Dios.

Es que Él sabe ver dentro de los corazones, no como miramos nosotros. Y encuentra la tecla necesaria, para darnos la posibilidad de cambiar.

Dios a todos nos da la posibilidad de cambiar.

Es comprensible la prevención de Ananías. Cuesta creer que las personas puedan cambiar así. Dar un giro de 180 grados, de ir contra los cristianos a ser el Apóstol de los gentiles. Pero el bueno de Ananías se fía, confía en la revelación que ha recibido, y se pone en camino. A todos nos hacen falta “intermediarios”, anunciadores del Reino. Nos lo recuerda el salmo que leemos hoy.

“Id al mundo entero y proclamad el Evangelio”. Pues eso. Y si no puedes ir a todo el mundo, porque tenemos que estar en casa, entonces prueba a ir a los que tienes cerca, y comparte con ellos tu fe. Y no temas acercarte incluso a aquellos que te pueden parecer enemigos. Quién sabe. Quizá des con la tecla adecuada, y puedas ayudar a alguien a encontrarse con Jesús. Y, no te olvides, lo importante es el testimonio, no lo mucho que sepas.

Diálogo entre un recién convertido a Cristo y un amigo no creyente.

– ¿De modo que te has convertido a Cristo?

– Sí.

– Entonces sabrás mucho sobre él. Dime: ¿en qué país nació?

– No lo sé.

– ¿A qué edad murió?

– Tampoco lo sé.

– ¿Sabrás al menos cuántos sermones pronunció?

– Pues no… No lo sé.

– La verdad es que sabes muy poco, para ser un hombre que afirma haberse convertido a Cristo…

– Tienes toda la razón. Y yo mismo estoy avergonzado de lo poco que sé acerca de Él. Pero sí que sé algo: hace tres años, yo era un borracho. Estaba cargado de deudas. Mi familia se deshacía en pedazos, mi mujer y mis hijos temían como un nublado mi vuelta a casa cada noche. Pero ahora he dejado la bebida, no tenemos deudas, nuestro hogar es un hogar feliz, mis hijos esperan ansiosamente mi vuelta a casa cada noche. Todo esto es lo que ha hecho Cristo por mí. ¡Y esto es lo que sé de Cristo!

 

Queridos hermanos y hermanas:

Se aproxima el mes de mayo, en el que el pueblo de Dios manifiesta con particular intensidad su amor y devoción a la Virgen María. En este mes, es tradición rezar el Rosario en casa, con la familia. Las restricciones de la pandemia nos han “obligado” a valorizar esta dimensión doméstica, también desde un punto de vista espiritual.

Por eso, he pensado proponerles a todos que redescubramos la belleza de rezar el Rosario en casa durante el mes de mayo. Ustedes pueden elegir, según la situación, rezarlo juntos o de manera personal, apreciando lo bueno de ambas posibilidades. Pero, en cualquier caso, hay un secreto para hacerlo: la sencillez; y es fácil encontrar, incluso en internet, buenos esquemas de oración para seguir.

Además, les ofrezco dos textos de oraciones a la Virgen que pueden recitar al final del Rosario, y que yo mismo diré durante el mes de mayo, unido espiritualmente a ustedes. Les adjunto a esta carta para que estén a disposición de todos.

Queridos hermanos y hermanas: Contemplar juntos el rostro de Cristo con el corazón de María, nuestra Madre, nos unirá todavía más como familia espiritual y nos ayudará a superar esta prueba. Rezaré por ustedes, especialmente por los que más sufren, y ustedes, por favor, recen por mí. Les agradezco y los bendigo de corazón.

 

Roma, San Juan de Letrán, 25 de abril de 2020

 

 Oración a María

 

Oh María,

tú resplandeces siempre en nuestro camino

como un signo de salvación y esperanza.

A ti nos encomendamos, Salud de los enfermos,

que al pie de la cruz fuiste asociada al dolor de Jesús,

manteniendo firme tu fe.

 

Tú, Salvación del pueblo,

sabes lo que necesitamos

y estamos seguros de que lo concederás

para que, como en Caná de Galilea,

vuelvan la alegría y la fiesta

después de esta prueba.

 

Ayúdanos, Madre del Divino Amor,

a conformarnos a la voluntad del Padre

y hacer lo que Jesús nos dirá,

Él que tomó nuestro sufrimiento sobre sí mismo

y se cargó de nuestros dolores

para guiarnos a través de la cruz,

 

a la alegría de la resurrección. Amén.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios,

no desprecies nuestras súplicas en las necesidades,

antes bien líbranos de todo peligro, oh, Virgen gloriosa y bendita.

 

 Oración a María

 

«Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios».

En la dramática situación actual, llena de sufrimientos y angustias que oprimen al mundo entero, acudimos a ti, Madre de Dios y Madre nuestra, y buscamos refugio bajo tu protección.

Oh Virgen María, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos en esta pandemia de coronavirus, y consuela a los que se encuentran confundidos y lloran por la pérdida de sus seres queridos, a veces sepultados de un modo que hiere el alma. Sostiene a aquellos que están angustiados porque, para evitar el contagio, no pueden estar cerca de las personas enfermas. Infunde confianza a quienes viven en el temor de un futuro incierto y de las consecuencias en la economía y en el trabajo.

Madre de Dios y Madre nuestra, implora al Padre de misericordia que esta dura prueba termine y que volvamos a encontrar un horizonte de esperanza y de paz. Como en Caná, intercede ante tu Divino Hijo, pidiéndole que consuele a las familias de los enfermos y de las víctimas, y que abra sus corazones a la esperanza.

Protege a los médicos, a los enfermeros, al personal sanitario, a los voluntarios que en este periodo de emergencia combaten en primera línea y arriesgan sus vidas para salvar otras vidas. Acompaña su heroico esfuerzo y concédeles fuerza, bondad y salud.

Permanece junto a quienes asisten, noche y día, a los enfermos, y a los sacerdotes que, con solicitud pastoral y compromiso evangélico, tratan de ayudar y sostener a todos.

Virgen Santa, ilumina las mentes de los hombres y mujeres de ciencia, para que encuentren las soluciones adecuadas y se venza este virus.

Asiste a los líderes de las naciones, para que actúen con sabiduría, diligencia y generosidad, socorriendo a los que carecen de lo necesario para vivir, planificando soluciones sociales y económicas de largo alcance y con un espíritu de solidaridad.

Santa María, toca las conciencias para que las grandes sumas de dinero utilizadas en la incrementación y en el perfeccionamiento de armamentos sean destinadas a promover estudios adecuados para la prevención de futuras catástrofes similares.

Madre amantísima, acrecienta en el mundo el sentido de pertenencia a una única y gran familia, tomando conciencia del vínculo que nos une a todos, para que, con un espíritu fraterno y solidario, salgamos en ayuda de las numerosas formas de pobreza y situaciones de miseria. Anima la firmeza en la fe, la perseverancia en el servicio y la constancia en la oración.

Oh María, consuelo de los afligidos, abraza a todos tus hijos atribulados, haz que Dios nos libere con su mano poderosa de esta terrible epidemia y que la vida pueda reanudar su curso normal con serenidad.

Nos encomendamos a Ti, que brillas en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Amén.

PANAMÁ, acatemos las normas que nuestras autoridades han implementado. Por ti, por los tuyos, por Panamá -Quédate en casa.

 

† JOSÉ DOMINGO ULLOA MENDIETA, O.S.A.

ARZOBISPO METROPOLITANO DE PANAMÁ