,

Por el trabajo, parejas viven mucho tiempo a distancia

Por el trabajo, parejas viven   mucho tiempo a distancia

Ocurre con relativa frecuencia que los esposos viven separados por temporadas de tiempo más o menos largas. Normalmente es por motivos de trabajo. Otras veces por situaciones familiares o de otro tipo.
Para los cristianos, la vida matrimonial se cimienta en Dios. Al casarse, los esposos se han comprometido a amarse, a sobrellevar las dificultades de la vida. Sus promesas matrimoniales nacen desde los compromisos bautismales y pueden ser vividas desde la ayuda constante de Dios.
Por eso, durante el tiempo de la separación lo más importante es vivir muy cerca de Dios. El esposo y la esposa irán a misa los domingos, participarán de la Eucaristía, y esa es la mejor ayuda para ser fieles a su amor. Buscarán también un tiempo para la confesión, cuando haga falta, porque es necesario estar limpios de pecado para mantener fuerte el lazo matrimonial.
Encontrarán momentos para orar, para unirse a Dios y entre sí con el rezo de un padrenuestro y un Avemaría, o con la lectura del Evangelio. Cerca de Dios las distancias se hacen pequeñas. Cerca de Dios el amor crece en frescura y en entrega.
El segundo consejo consiste en mantener abiertos y frescos los cauces de la comunicación. Si el esposo ha dejado a la esposa en casa con los hijos, debe sentir una necesidad profunda de saber cómo están, cómo va todo por casa, qué ocurre en la escuela. Ella, a su vez, agradecerá infinitamente cada llamada, o tomará la iniciativa y llamará primero, para así saber cómo está él.