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Un colegio que busca motivar con la fuerza que viene de Dios

Un colegio que busca motivar con la fuerza que viene de Dios

El plantel fue fundado el 17 de junio de 1961. Brinda formación integral, humana y cristiana, con docentes altamente capacitados en las áreas agropecuarias, humanísticas y científicas.

 

Por Elizabeth Muñoz de Lao 

El Instituto Agropecuario Jesús Nazareno, de Atalaya, provincia de Veraguas, es una institución educativa en que la educación es integral, con una formación humana y cristiana. Y los resultados saltan a la vista.

El padre Higinio Rodríguez, director del colegio desde el año pasado, informó que, en la parte humana, se destacan la fase intelectual, académica, formativa y, siendo un colegio agropecuario, se exige el sacrificio del campo.

El sacerdote Higinio Rodríguez apuesta por la formación espiritual.

“He intentado integrar una formación espiritual que se refleje en el entorno del estudiante, que cada día sea motivado por la fuerza que viene de Dios”, destacó.

Especificó que se trata de poner mucho énfasis en la disciplina mediante una comisión de profesores y técnicos a fin de que el estudiante cumpla con las normas establecidas y, desde allí, enderece su vida para que sea una persona feliz y de bien. Es una tarea diaria, sostuvo.

El Instituto tiene una matrícula de 75 estudiantes, de los cuales 36 están en el internado, que es solo para varones, aunque es un colegio mixto que ofrece educación media.

En el internado se les ofrece hospedaje y alimentación, a un costo de 100 balboas mensuales.

Los estudiantes practican el lazo para competir en la feria intercolegial del 12 de julio.

El colegio cuenta con proyectos de ganadería, pecuarios, avícolas, hortalizas, construcción, mantenimiento, porcinocultura y viveros. Parte de lo que se produce se comercializa. El resto, se usa para la subsistencia del plantel.

De esta manera, los estudiantes ponen en práctica lo que aprenden académicamente. Al graduarse, obtienen el diploma de Bachiller Agropecuario.

Este colegio recibía ayuda gubernamental antes de la pandemia, pero ya no, informó el director.

“Esperamos ayuda del fondo agropecuario para llevar adelante algunos proyectos pendientes para la educación de los alumnos”, manifestó.

Nueve profesores se encargan de la formación de estos jóvenes.

“Aquí lo que queremos lograr es que los muchachos no se conviertan en personas haraganas, por eso les tenemos horario de proyectos que deben cumplir. A ellos se le ve el deseo de graduarse y seguir adelante. Otros son líderes y se les pone al frente de alguno de los proyectos”, destacó.

También participan en competencias intercolegiales y hasta han ganado el campeonato de lazo y manea.

 

De hecho, el 12 de julio el colegio celebrará una feria. Habrá competencias de lazo y manea, actividades deportivas y venta de comidas y refrescos.

 

Con los fondos que se recauden, se suplirán necesidades del colegio.

En cuanto a las chicas, ellas se esfuerzan por responder a las exigencias de la carrera. Todos trabajan juntos, evitando cualquier tentación propia de los jóvenes. El padre y los docentes están muy pendientes de que no se crucen los límites.

 

Los procesos

El estudiante interno, José Concepción, de duodécimo grado, se refirió a los procesos de la cría de pollos, cerdos y del apiario.

Con respecto a los cerdos, los estudiantes deben saber cuándo las puercas están en celo: se dan cuenta cuando las tocan en el hombro y ellas se quedan quietas. Se les lleva a la jaula de los puercos y se les permite dos montas para que se embaracen. Cuando esto sucede, se les traslada a la maternidad. Al nacer los puerquitos, tiempo después los destetan, los alimentan y les cortan el rabo.

Uno de los proyectos porcinos que manejan los alumnos.

Meses después, se venden algunos y otros quedan para el consumo.

También se crían los pollos y se recogen los huevos, que luego son lavados y vendidos, explicó.

Hay dos galeras, en la más chica se crían unos 5 mil pollos. La más grande se puede alquilar.

El colegio tiene una planta para alimentos donde se prepara la comida de los pollos y los puercos, con maíz, soya, núcleos, melaza, sal, y otros elementos.

También existe un apiario para obtener miel.

Con respecto a la ganadería, el grupo que madruga a ordeñar es el que está interno, y los externos, arreglan cercas y trabajan en los potreros o mangas.

En cuanto a las hortalizas, los técnicos los enseñan a preparar las camas y el siembro a chuzo o al voleo. También cultivan plantas en el vivero.

 

El plantel

El colegio cuenta con un pabellón de dormitorios, comedor, cocina, área de administración y dirección, los salones de clases, gimnasio, área de ganadería, de maquinaria, de porquerizas, pollerizas, vivero, terrenos para hortalizas y el apiario; salón de informática, capilla y amplios patios.

 

Vida en el internado

Todo internado tiene sus reglas: A la hora de salida, a las 5:30 p.m., los internos suben a sus habitaciones a cambiarse de ropa. A las 5:45 p.m., bajan al comedor y luego de comer, estudian, desde las 6:30 p.m. hasta las 7:40 p.m.

Nadie puede irse del área de estudio. Si lo hacen, pueden “ganarse” una boleta; cuando se acumulan tres, pueden ser expulsados o sancionados.

Al siguiente día, bajan a las 5:00 a.m. para hacer gimnasia, desayunar y salir al campo junto a los externos. Al regresar, almuerzan y comienzan las clases después del mediodía. Esa disciplina es la que los llevará a todos a ser  profesionales, hombres y mujeres de bien, desde la espiritualidad y el estudio.