Volver a la vida espiritual

Volver a la vida espiritual

La JMJ es un acontecimiento que Dios regala a su Iglesia y donde Panamá hace de pueblo escogido para su organización y realización.  La invitación que nos hace la JMJ es la de volver a vivir la vida espiritual que nos promete la felicidad y la paz que nadie puede dar sino Dios Por otra parte, en la Iglesia estamos siendo llamados a meditar otros acontecimientos en los que podríamos hacer lectura de dos maneras: el mal que quiere dominar en la tierra, o el bien que está purificando a la Iglesia para que volvamos a la vida espiritual verdade­ra. En Panorama Católico preferimos leerlo y atenderlo como la «purificación que Dios quiere y está haciendo de su Iglesia» El grado espiritual en que el alma se encuen­tra ha de llevalo a ver a Dios en todo acontecimiento y a espera de Él.

Dios nos pide saber estar con Él y en Él.

El Papa Francisco ha pedido perdón a la humanidad en relación a los escándalos que últimamente han estado sacudiendo la santidad de la Iglesia El Papa ha dicho: «con vergüenza y arrepentimiento, asumimos que no supimos estar donde teníamos que estar, que no actuamos a tiempo reconociendo la magnitud y la gravedad del daño que se está causando a tantas vi-das » (P Feo 20-8-2018) El corazón de una vida espiritual verdadera es propiamente: «saber estar siempre donde se debe estar, con quien se debe estar, en lo que se debe estar, para lo que se debe estar y como se debe estar» (cf lPe 4,10; lCor 7,20) En Cristo tenemos una palabra en cada acontecimiento de la vidaÉl supo estar con quien tenía que estar y ser lo que debía ser, y siempre hizo todo bien (cf Gen 1, 31; Me 7,37; Sal 144,17) y en todo buscaba el bien.

Estar con Cristo y seguirle es nuestra vocación.

El seguimiento nace de un «sí» a una llamada Dios llama Nos llamó a la vida terrena y a la vida eterna Nos llama a ser buenos como Él, y a estar construyendo el bien, nunca participando del mal Saber estar es recordar que hemos dicho «sí a Cristo», sí a un rostro, a un corazón, a un amor, una vida, a una verdad: «Jesús» En la JMJ Cristo viene para ayudarnos a restablecer este verdadero seguimiento Es una invitación a caminar espiritualmente, y aprender a «saber estar» en cada momento y acontecimiento como el Señor nos enseña con su propia vida Seguir a Cristo es:

Ser llamado por él (VOCACIÓN) La iniciativa es siempre suya Nos dice el evangelio que «llamó a los que él quiso» (Me 3, 13); y también: «No me han elegido ustedes a mí; soy yo quien los he elegido» (Jn 15, 16) La vocación es un don dinámico: exige crecimiento en la fidelidad, en el saber estar, pues hay que ir asimilando este don en la propia vida

Es vivir con Él viviendo al mismo tiempo con los otros seguidores suyos (COMUNIÓN de vida con los demás en casa y fuera de casa): «Eligió a los que Él quiso y vinieron donde Él. Instituyó a doce para que vivieran con Él» (Me 3, 13-14)

Es vivir como Él vive para nosotros (configuración con Cristo: CONSAGRACIÓN) Implica no sólo estar al lado de Cristo o acompañarlo, sino compartir sus mismos riesgos y esperanzas, su misma vida Es Amor total e inmediato a Dios y al hombre (virginidad) Es actitud de obediencia total al Padre (obediencia) Es disponibilidad de lo que es y tiene para los demás (pobreza)

Es compartir su MISIÓN: adelantar aquí y ahora el modo propio del Reino consumado

Es estar dispuesto a todo por Él, es fiarse de Él sin otra garantía que Él mismo, renunciar a toda seguridad fuera de Él, y asumir el compromiso de «ser creíbles para hacer creíble a Dios en el corazón de los demás»