La práctica regular de deportes y juegos desde la primera infancia y durante la adolescencia es esencial para el desarrollo físico, mental, psicológico y social. De nada sirve estar tirado en el sillón o en la cama viendo el celular, o pasar horas frente a la televisión jugando playstation.
Muy contrario a desarrollar algo positivo, perder horas consumiendo música, videos o juegos en línea, convierte a los niños y jóvenes en seres pasivos y sedentarios.
docente, Lizbeth Patiño señala que el deporte es una parte esencial en el desarrollo de niños y jóvenes, porque parte de su psicomotricidad y movimientos naturales se desarrollan enormemente.
“El desarrollo físico y mental que produce la práctica de cualquier deporte, lo convierte es un factor esencial para el buen crecimiento de un niño, y en la madurez del adolescente”, señala Patiño.
De hecho, la participación en actividades depor tivas puede fortalecer la salud de la infancia, mejorar el rendimiento escolar y contribuir a reducir el nivel de delincuencia.
Brindan además, la oportunidad de expresarse, de ser escuchados, de aportar sus opiniones e ideas y convertirse en agentes del cambio. Están contribuyendo a crear comunidades y una sociedad más justa y pacífica.
Un aspecto que se resalta en cuanto a la práctica deportiva es que los jóvenes se apartan de una vida destructiva, pues de hecho, muchos importantes deportistas de nuestro país, han crecido en barrios marginales, y admiten que el hecho de practicar este tipo de actividad les ha salvado la vida y les ha hecho tomar otro rumbo.
La Psicóloga Janeth Reyes destaca que se debe pensar en los beneficios para la salud, la creatividad y la formación personal, limitando las horas de ocio, internet y televisión.
Recomienda considerar actividades al aire libre, organizadas frecuentemente en la ciudad, en el Parque Omar, Cinta Costera, en las comunidades y en las mismas parroquias, que apoyan el desarrollo de la socialización y cohesión a un grupo, así como el trabajo en equipo, la creatividad y el desarrollo de la vida en comunidad.
“Esto va muy ligado además con problemas de desórdenes alimenticios y la obesidad, por lo que, a fin de prevenir esta enfermedad, anima a seguir consejos sencillos que son de gran ayuda:
– Acostumbrar a los niños a comer de todo
un poco, especialmente frutas, verduras y
lácteos, en pro de asegurarles los nutrientes
necesarios para el crecimiento.
– Es importante involucrarlos en la selección
y preparación de los alimentos como
una estrategia para fomentar buenos hábitos.
– Se recomienda que el niño reciba, por lo
menos, cinco comidas pequeñas al día y haga
dos horas de actividad física.
– Es clave no omitir comidas y que siempre
desayune.
– Se debe comer en un lugar establecido
para ello y no mientras se ve televisión o se
realiza otra actividad.
– Resulta fundamental fomentar el consumo
de agua y evitar el de bebidas ricas en
calorías.
Los programas deportivos y recreativos están ofreciendo entornos seguros, que fomentan relaciones estables entre la infancia y los adultos, así como en el seno de la infancia misma, por ello, no dejes de participar en alguno y verás grandes beneficios.