Abuelos: experiencia y amor acumulados

Abuelos: experiencia y amor acumulados

Redacción

Tal como lo expresa las Sagradas Escrituras, a través de Proverbios 17, 6: los nietos son la corona de los ancianos, y los padres son la honra de los hijos.  

Y es que para quien tiene la dicha de ver cómo crece su descendencia por medio de nietos- ya sean biológicos o adoptados – descubre en ellos ese amor puro que va acompañado de besos y mimos.

En nuestro país está tan arraigado ese cariño, que el término nacido en Panamá, “abuelazón” se encuentra entre los americanismos aceptados. Esta palabra es definida como la condición anímica de los abuelos que muestran de forma exagerada cariño por su nieto.

El profesor Jorge Jones, del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, fue invitado al Triduo por la Solemnidad de Santa Ana. “Cuando muere un abuelo es como perder una biblioteca”, dijo, y agregó: “Son la memoria colectiva”.

Jorge Jones, a través de su faceta de abuelo, reflexiona que gran parte de la formación de una persona es consecuencia de la educación que su familia le inculcó.

Reconoció que, en nuestra sociedad, debido al sistema de vida, muchos abuelos asumen el papel de los padres de familia. “Cuántos abuelos somos los que sacamos las citas médicas de nuestros nietos, o somos los que asistimos a las reuniones escolares; cuántos acompañamos a los nietos en las actividades extracurriculares, ya sea en un campo de juego o a unas clases privadas”, confirmó.

Expuso que qué muchas veces la comunicación entre los abuelos y los nietos es amigable, y la razón principal es que tienen otra forma de expresar el amor, la cual es más libre y abierta.

Agregó que, gracias a las experiencias, tienen mayor variedad de puntos de vista para resolver los problemas o por lo menos para responder a una interrogante.

“Hoy día, por la experiencia que estamos viviendo todos, muchas veces la comunicación intrafamiliar se hace difícil, y es allí donde resalta la experiencia del abuelo y la abuela y esta da la orientación debida”, afirmó.

Abuelo de corazón

“Hace un tiempo escuché, un viejo proverbio galés que dice: El amor perfecto a veces no llega… hasta que nace el primer nieto”, resaltó la laica comprometida Monserrat Alzamora.  

Afirmó que tuvo la fortuna de conocer a tres abuelas hermosas y llenas de esa sabiduría que solo dan el tiempo y los avatares. No obstante, solo conoció a un solo abuelo, el cual reside en Parita, provincia de Herrera, en la misma casa donde nació hace más de 90 años, el detalle es que ese abuelo es ‘adoptado’. 

Confirmó que desconocía que no era el papá de su mamá y se enteró siendo adolescente, cuando se dio cuenta que su segundo apellido no era el mismo que el de sus primos.

Relató que este abuelo, sus hermanos y ella lo visitaban todos los veranos apenas terminaba la escuela. 

“Todavía recuerdo verlo en las tardes frescas y calladas, sentado bajo un árbol de naranja agria en el patio de la casa, con un pequeño radio escuchando los juegos de béisbol. Estos momentos son los que más atesoro, porque me traen a la memoria una época libre y feliz”, detalló.

Puntualizó que Jesús también tuvo abuelos: Santa Ana y San Joaquín, padres de la Virgen María. 

Admitió que este matrimonio piadoso, dedicado a las buenas obras y a la oración, no tenía hijos; pero, fueron recompensados a una edad avanzada con el nacimiento de María. 

Es así, subrayó, que Dios los recompensó por su profunda devoción y a ellos a su vez, se encargaron de educar en el camino de la fe a su hija María, alimentando en ella el amor hacia el Creador y preparándola para su misión.  

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Abuelos, memoria viva de la historia

Mensaje del P. Luis Núñez, vicario Pastoral y párroco de la iglesia de Santa Ana.

Quiero compartirles la memoria que vamos a tener el próximo 26 de julio, dedicado a Santa Ana y San Joaquín abuelos de Nuestro Señor Jesucristo, padre de la santísima virgen María.

Qué importante son los abuelos en una familia, porque ellos son la memoria viva de la historia. Lo que ellos han vivido, lo que han creído a lo largo de su vida, ellos ahora lo trasmiten a sus nietos y lo siguen trasmitiendo a sus propios hijos y a los vecinos.

Son como una lámpara encendida para iluminar las tinieblas que podemos ver. Ellos nos ayudan a entender que los valores y la fe son importantes, no solo ayer, sino hoy también y nos dan tantos ejemplos de trabajo, fe, de valores que ellos mismos vivieron,y que ahora nosotros descubrimos lo valiosos que son.

Cuiden a los abuelos, escuchemos a los abuelos, porque ellos son la memoria de Dios en medio de este mundo, en medio de tu familia.

¡Bendiciones a todos ustedes, abuelos y que el señor lo siga cuidando y bendiciendo por la intercesión de Santa Ana y San Joaquín!